SAN PABLO.-“Es el peor accidente ambiental en el litoral. Nunca ocurrió algo así en nuestra historia”, advirtió alarmado Marcelo Amorim, del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA). Es un derrame gigantesco de petróleo que comenzó a contaminar las playas del Nordeste, desde Maranhao hasta el sur de Bahía. Hay 138 balnearios en emergencia a lo largo de 2.100 kilómetros. Y todo indica que en breve llegará al sudeste: Espírito Santo, Río de Janeiro y San Pablo. Las investigaciones emprendidas por la Marina brasileña y Petrobras revelaron que ese crudo no es producido en Brasil. Pero ya consiguieron diagnosticar la procedencia: “lleva la firma de Venezuela” alertó el informe naval.
La progresión de la “mancha” sorprendió a los científicos. Un análisis realizado en el laboratorio oceanográfico de la Universidad Federal de Pernambuco indicó que el accidente debe haber ocurrido a unos 50 kilómetros de la costa, es decir dentro de la plataforma continental brasileña. Y señaló, también, que el derrame tuvo lugar entre Joao Pessoa (Paraíba) y Recife (la capital pernambucana). Según los especialistas, esta filtración de petróleo en alta mar tiene como antecedente un escape de crudo en un yacimiento oceánico frente a Río de Janeiro en 2011. En esa oportunidad, la extensión de la mancha de petróleo alcanzó un máximo de 68 kilómetros (apenas un 3% del desastre actual).
Petrobras analizó muestras del crudo y “comprobó por medio de la observación de moléculas específicas que la familia de compuestos orgánicos del material indica que no es compatible con los petróleos producidos y comercializados por la empresa estatal”. El titular de la compañía pública, Roberto Castello Branco, señaló: “Hemos colectado 23 muestras y nuestro centro de investigación realizó los análisis”. Mostró, además, que ya fueron recogidos de las playas 133 toneladas de crudo.
Amorim, el técnico de IBAMA, reveló algunas de las hipótesis que produjeron tamaño accidente costero. “Se puede suponer que un petrolero lavó su tanque de petróleo en el mar; liberando el combustible fósil a lo largo del camino entre Alagoas y Pernambuco. Las corrientes marinas ayudaron a la dispersión del producto”. En ese sentido, fue claro: “No sabemos quién contaminó ni cómo fue la filtración”.
Varias instituciones universitarias, más la Marina y la Policía Federal, están abocadas a identificar el origen de la catástrofe. Admiten, ya, que varias especies marítimas pueden sufrir serios perjuicios e indican, especialmente, el caso de las ballenas Jubarte. Precisamente, esta puede ser uno de mamíferos oceánicos más afectados: entre julio y octubre ellas abandonar la Antártida y se dirigen al norte de Bahía para aparearse en aguas calientes.
¿Cómo y cuándo cesará la llegada del petróleo a las costas brasileñas? Nadie lo sabe a ciencia cierta. “Pensábamos que el crudo dejaría de venir después que vimos una reducción de su volumen. Pero no imaginamos que tres días después de iniciado el derrame (el 2 de septiembre) la mancha iría a expandirse y el volumen de crudo aumentar. Esto se ha repetido desde entonces” sostuvo Amorim.
La Armada brasileña indicó, en una nota, que hay 1.500 hombres de la fuerza, más cinco navíos y una aeronave, que monitorean la evolución de esta calamidad. El comando de esa arma sostuvo también que esta contaminación “es inédita en el país”.
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