En medio de las tensiones en Ecuador, el presidente Lenín Moreno decretó este martes un toque de queda nocturno en las inmediaciones de sede públicas.
La libertad de tránsito y movilidad quedó restringida entre las 20 y las 5, hora local (1 y 10 GMT) para las “áreas aledañas a edificaciones e instalaciones estratégicas tales como edificios donde funcionan las sedes” del Estado, señala el decreto firmado por el mandatario.
También se enmarcan en esta disposición otros lugares que establezca el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, en tanto dure el estado de excepción, que quedó limitado a un plazo de 30 días desde su emisión el pasado jueves, según dictaminó el martes la Corte Constitucional.
El documento argumenta que de acuerdo con las necesidades que establezcan el Ministerio de Gobierno y la Policía Nacional, se desarrollará la medida destinada a “mantener el orden público interno, pudiendo, de ser el caso, establecerse salvoconductos y similares”.Quedan eximidos de esta limitación las personas y funcionarios que deban prestar un servicio público o de otra índole como miembros de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas, comunicadores sociales acreditados, personal de misiones diplomáticas acreditadas en el país y personal médico, sanitario o de socorro, así como el transporte público administrado por entidades estatales o de servicios de emergencia.Las fuerzas de seguridad estarán encargadas de velar por el cumplimiento de las restricciones que se iniciarán esta misma tarde.
Moreno hizo el anuncio durante un discurso en el que estuvo acompañado de los titulares de los poderes del Estado. Éstos leyeron un comunicado conjunto para respaldar al mandatario y llamar al diálogo a todos los sectores sociales.
“Alentamos el diálogo nacional como el camino necesario para encontrar un cauce común para que prime el interés nacional y la paz social”, manifestó el contralor subrogante del Estado, Pablo Celi, al leer una declaración junto al mandatario.
Flanqueaban a Moreno en la emisión institucional el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), César Litardo; la presidenta del Consejo de la Judicatura, María del Carmen Maldonado; la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint; el procurador general del Estado, Iñigo Salvador; y la fiscal de la provincia de Guayas, Yanina Villagómez.
El mandatario ecuatoriano señaló que “todos en conjunto han decidido respaldar, no al presidente, a la democracia, al orden constituido, a la Constitución”.
El anuncio se dio luego de que manifestantes asaltaran el Parlamento, en vísperas de una gran movilización indígena en Quito.
Las fuerzas de seguridad desalojaron a las personas que ingresaron, por breve lapso, al edificio desocupado de diputados en la militarizada capital ecuatoriana. Los parlamentarios habían suspendido más temprano sus actividades.
Militares y policías repelieron con gases lacrimógenos a los manifestantes que con la cara cubierta intentaron, por segundo día, ocupar la sede del Congreso unicameral. Sobre la vía ardían árboles caídos y las humaredas eran visibles a distancia.
Celi subrayó la necesidad de diferenciar entre “el reclamo pacífico, legítimo y garantizado por el mandato constitucional y el orden legal, de las acciones conspirativas que pretenden instaurar un ambiente de caos en el país”.
Las protestas que estallaron hace una semana por el fin de los subsidios y la consecuente alza de combustibles -pactado con el FMI- desataron más caos y golpean sensiblemente la producción petrolera debido a la toma violenta de pozos en la Amazonía.
Como consecuencia de los hechos de violencia, Moreno abandonó el lunes de manera inesperada la sede presidencial, el Palacio de Carondelet, en el casco histórico de Quito, para viajar a Guayaquil, donde ha establecido el gobierno de manera provisional a la luz de la situación de seguridad que se vive en el país.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: