“Bajo ninguna circunstancia vamos a cambiar la medida. Que se oiga bien, no voy a cambiar la medida. Que quede claro, se eliminó el subsidio, se acabó la zanganería”, aseguró el mandatario desde Guayaquil, en la costa ecuatoriana, donde se encuentra desde la noche de este jueves.
Fuertes choques entre manifestantes y policías estallaron este jueves en Quito en el marco del estado de excepción que decretó el gobierno para tratar de contener las protestas por una fuerte alza de los precios de los combustibles, constataron periodistas de la AFP.
El gobierno de Lenín Moreno está en el centro de la ira popular por cuenta del desmonte de los subsidios al diésel y la gasolina en función de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que condujeron a un incremento de la tarifas de hasta el 123%.
Acosado por la creciente protesta, Moreno decidió recurrir a la medida de excepción para “evitar el caos”. “He dispuesto el estado de excepción a nivel nacional”, dijo el mandatario a la prensa tras reunirse de emergencia con su gabinete.
En principio la medida -que le permite restringir derechos como el de la libre circulación, emplear la fuerza armada para el control público o imponer la censura previa a la prensa- estará en vigor durante 60 días, según el gobierno.
El Ejecutivo enfrenta las primeras consecuencias del convenio que suscribió en marzo con el FMI para obtener créditos ante el elevado endeudamiento público de la dolarizada economía.
Los transportistas pararon en varios puntos y universitarios salieron a las calles en Quito en el marco de la mayor huelga en Ecuador desde la llegada de la izquierda al poder en 2007. Las manifestaciones derivaron en algunos incidentes entre policías y personas que bloqueaban vías con neumáticos en llamas. Según la ministra de Gobierno (Interior), María Paula Romo, hay más de 300 detenidos.
Desde el jueves también fueron suspendidas las clases en el país. En Quito los autobuses y taxis dejaron de circular. Lo mismo sucedía en otras ciudades, en protesta por el aumento de los combustibles que eran los más baratos y más utilizados en Ecuador.
El jueves el galón americano de diésel pasó de 1,03 dólares a 2,30 dólares y la de gasolina corriente de 1,85 a 2,40 dólares, por lo que organizaciones de indígenas y sindicales también prevén protestar contra el gobierno.
Los precios quedaron sujetos a los del mercado una vez que Moreno eliminara los subsidios para esos combustibles, que demandaban unos 1.300 millones de dólares anuales. Hace un año ya liberó el de la gasolina premium, que ahora cuesta 3,15 dólares el galón.
La medida es parte de reformas tributarias y laborales que el Ejecutivo impulsa en función del acuerdo con el FMI para conseguir créditos por 4.209 millones de dólares. El sector del transporte demanda que se dejen sin efecto los aumentos o que haya compensaciones económicas.
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