El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, anunció el martes que iba a poner fin a un programa de subsidios al diésel y a combustibles de bajo octanaje que el Gobierno, con problemas de liquidez, ya no puede permitirse. El presidente hizo el anuncio solo unas horas después de que Ecuador dijese que planeaba retirarse de la OPEP.
El Gobierno ha mantenido durante mucho tiempo subsidios para mantener los costes del combustible, ampliamente utilizado, a niveles que los ecuatorianos consideran asequibles, pero la política se ha vuelto insostenible para el Gobierno. El plan propone poner fin al subsidio general que mantiene los precios bajos, tanto para ricos como para pobres, y reemplazarlos con estipendios mensuales directos para hogares de bajos ingresos.
En un discurso de radio y televisión al país, Moreno dijo que la medida permitía liberar recursos para apoyar a los empresarios, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas.
Según las condiciones de un acuerdo de financiación de US$4.200 millones firmado este año con el Fondo Monetario Internacional, Moreno debía introducir reformas a la legislación para que el Fondo continúe desembolsando sus próximos tramos de préstamos a bajo interés.
Además de buscar formas para reducir el gasto, el Gobierno de Moreno también quiere encontrar maneras de impulsar los ingresos, por lo que la decisión de abandonar la Organización de Países Exportadores de Petróleo en enero es relevante. Ecuador es uno de los productores más pequeños del cártel, pero declaró claramente que quiere abandonar el grupo para aumentar los ingresos del petróleo: Ecuador ha incumplido los límites de producción prometidos todos los meses este año, en un momento en que todo el cártel sufre el impacto de los bajos precios.
Moreno no hizo mención de reformas previstas a los mercados de capital, finanzas del Gobierno y del banco central. El líder ecuatoriano quiere modificar la normativa laboral para permitir contratos de duración limitada.
Según el plan de Moreno, los beneficios mensuales de los hogares de bajos ingresos aumentarán en US$15 y más familias podrán recibirlos, lo que ayudará a 5 millones de los 17 millones de ecuatorianos a hacer frente al nuevo régimen de precios de combustible. También prometió reforzar un plan de vivienda subsidiado por el Gobierno.
No obstante, el fin de los preciados subsidios podría provocar protestas callejeras. Moreno resistió las protestas con relativa facilidad cuando desreguló el combustible de alto octanaje a finales de 2018. Si bien deja sin cambios un subsidio al gas licuado de petróleo, el fin de otros puede provocar protestas mayores, dijo Lisa Grais-Torgow, directora de Eurasia Group. “Intentó el diésel antes pero dio marcha atrás en cuanto los camioneros hicieron ruido”.
(Con información de Bloomberg)
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