El fuego del Amazonas se desmadró en los municipios bolivianos de Roboré, San Matías, San Ignacio y Charagua confirmaron autoridades de esas regiones, mientras se continúa atacando a las llamas desde el aire, con descargas de agua, y tierra, con bomberos y voluntarios.
La situación se agrava con la temperatura alta, la falta de humedad y los vientos que soplan en la zona, explicó el diario La Razón en su portal online.
El periódico describió que "el fuego no da tregua en la Chiquitanía y avanza impulsado por vientos de hasta 90 kilómetros por hora en cuatro de sus municipios" y ya arrasó a unas 12 viviendas.
"En casi todo el territorio del municipio de San Matías hay incendios; estamos peleando pero ya no podemos porque la fuerza del fuego es demasiada, ya no tiene caso de continuar. Son más de 200 mil hectáreas quemadas, además de 10 casas totalmente destruidas, a Dios gracias sin víctimas", dijo el alcalde Fabio López.
"Es necesario apagar el fuego que está en la montaña porque con el viento puede bajar y arrasar con todo a su paso, cerca de las comunidades de Yororobá, San Lorenzo Viejo, Santiago y Quitunuquiña", alertó el secretario general de la alcaldía de Roboré, Carlos Ragone.
La región de la Chiquitanía soporta desde julio incendios forestales de magnitud y con latente riesgo de avivarse de nuevo en zonas ya controladas. El fuego ya consumió 2,1 millones de hectáreas, entre bosques y pastizales en la región.
Unas 70 mil cabezas de ganado bovino en Concepción, San Matías y San Ignacio de Velasco (aproximadamente el 2% del total que se cría en la zona) sufren por los incendios en la Chiquitanía al haberse perdido pastizales, no tienen qué comer, y también sufren escasez de agua.
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