Con motivo de los 46 años del golpe de Estado que instaló la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, este domingo una multitud se movilizó en Santiago para conmemorar a las víctimas.
Manifestantes encapuchados se enfrentaron con piedras y palos a los agentes de las fuerzas especiales, que en gran cantidad resguardaban el avance de la multitud por el centro de Santiago hasta llegar al memorial de las víctimas de la dictadura en el Cementerio general.
Con chorros de agua y gas lacrimógeno, la Policía repelió los ataques de los manifestantes, con quienes se trenzaron en una batalla campal justo antes del ingreso al cementerio de Santiago, donde se erige un recordatorio a las más de 3.000 víctimas –entre muertos y desaparecidos- que dejó la dictadura chilena (1973-1990).
La Policía detuvo en el acto a varios manifestantes.
"Marchamos con la convicción de que en Chile todavía no hay verdad ni justicia plena", manifestó Marco Barraza, miembro del Partido Comunista chileno.
Bajo el lema "Por verdad y Justicia", el Partido Comunista y varias organizaciones de izquierda se congregaron para exigir el avance de las investigaciones judiciales en casos de derechos humanos. De las casi 1.200 personas que permanecen desaparecidas, solo un poco más de un centenar han logrado ser ubicadas.
Muchos fueron lanzados al mar o sus cuerpos dinamitados, en el objetivo del régimen de Pinochet de borrar las evidencias de sus crímenes. Este sábado, la diputada del Partido Comunista Carmen Hertz anunció que luego de 46 años le fueron devueltos algunos restos de su esposo, Carlos Berger, detenido y fusilado por la dictadura.
"Hoy nos devolvieron nuevos restos de nuestro esposo y padre Carlos Berger, asesinado por la Caravana de la Muerte. El desierto nos entregó trozos de su espalda y su mandíbula, una vida masacrada, mientras sus asesinados llevan décadas de impunidad y campea el negacionismo", escribió Hetz, una reconocida activista de Derechos Humanos, en su cuenta de Twitter.
La marcha de este domingo arrancó desde la plaza Los Héroes, en el centro de Santiago y avanzó de manera pacífica por varias calles del centro de Santiago rumbo al cementerio. Los manifestantes portaban claveles rojos y las fotografías de sus familiares ejecutados o desaparecidos.
Con información de AFP
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