Este martes se inicia la segunda ronda de discusiones en la Cámara de Diputados del Brasil con respecto a la reforma del sistema jubilatorio impulsada por el presidente Jair Bolsonaro. Al igual que en la primera tanda, se necesitan 308 votos para que el proyecto avance. Se espera que el proceso se complete en el transcurso de la semana.
Para este martes está previsto una serie de movilizaciones impulsadas por sindicatos y organizaciones sociales que buscan impedir la aprobación. Las marchas comenzaron el lunes, cuando el Frente "Pueblo Sin Miedo" -del Partido de los Trabajadores- se movilizó en San Pablo bajo el lema "Dictadura nunca más. Bolsonaro no te tenemos miedo".
También el lunes, los gremios de la CUT-SP se concentraron en el aeropuerto de Congonhas, al sur de San Pablo, para presionar a los diputados que se dirigían a Brasilia para que voten en contra de la reforma.
Se espera que la votación de segunda vuelta tenga lugar el jueves, día en que la movilización de los trabajadores se concentrará en el Congreso.
El pasado 11 de julio, el Congreso de Brasil aprobó una enmienda a la reforma de jubilaciones que rebaja de 40 a 35 años el tiempo de contribución de las mujeres del sector privado para recibir el beneficio completo, aunque sigue siendo superior al régimen actual.
Con 344 votos a favor y 132 en contra fue aprobada la medida que había sido negociada por la bancada femenina con el gobierno de Jair Bolsonaro, antes de que la Cámara de Diputados diera el visto bueno -en la primera de dos votaciones- al texto base que endurece el sistema de jubilaciones de Brasil.
El régimen actual permite jubilarse a las mujeres que cotizaron durante 30 años.
Según la reforma, los hombres deberán cumplir 40 años de aportes para recibir la totalidad del beneficio, pero esto aún podría modificarse durante la segunda votación del texto base.
El texto, aprobado por una amplia mayoría, instauró una edad mínima de retiro, 62 años para las mujeres y 65 para los hombres, y un tiempo mínimo de contribución de 15 y 20 años, respectivamente, para comenzar a recibir el beneficio parcialmente.
Como parte de la enmienda también se aprobó que las pensiones por viudez, 90% de ellas destinadas a mujeres, sea de un salario mínimo de 998 reales (266 dólares al cambio actual), pero podría disminuir si la beneficiaria o sus dependientes tienen un ingreso formal.
Asimismo, se modificó un artículo que ponía en riesgo medidas de protección a la maternidad.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, esperaba que la reforma permitiese ahorrar 1,2 billones de reales en 10 años (más de 300.000 millones de dólares), pero el texto base establece algo menos de un billón de reales.
Y esa cifra sería recortada en unos 23.000 millones de reales con la enmienda aprobada el mes pasado, según dijo el ministro de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, al broadcast del diario Estadao.
Pero el monto total de ahorro para equilibrar las cuentas públicas de Brasil, que aún lucha por superar la recesión de 2015-2016, podría bajar aún más con otras enmiendas que se deben votar, entre ellas una que flexibiliza las condiciones a la policía.
En agosto, tras el receso parlamentario, la reforma a las jubilaciones deberá ser aprobada por el Senado en otra votación doble por mayoría de tres quintos (49 de los 81 senadores).
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