Después de tres derrotas electorales ante Evo Morales y de no conseguir a fines del año pasado la unidad de la oposición para enfrentar al Presidente de Bolivia , el empresario Samuel Doria Medina declinó su candidatura para las elecciones del próximo 20 de octubre, pero insistirá más adelante en un cuarto intento de conseguir la silla presidencial, según se infiere de su respuesta que acaba de dar en una entrevista con Infobae
-¿Volverá algún día a ser candidato presidencial?
-Espero que sí.
Aunque no es candidato a la Presidencia, se ha mantenido activo en la campaña con su partido Unidad Nacional (UN), sobre todo con la intención de construir estos meses un proyecto de alcance nacional con miras a las elecciones subregionales de 2020. En ese contexto, también asegura que no se replegará y que insistirá "hasta el último minuto" en su demanda de la unidad de la oposición para derrotar a Evo Morales. "No me rindo jamás. Gestionaré hasta el último minuto la unidad de la oposición. Tengo programada para los próximos días una reunión con Carlos Mesa y después buscaré el contacto con Oscar Ortiz", afirmó en alusión a los dos candidatos opositores con más respaldo, según las encuestas difundidas.
"También estoy trabajando en paralelo para las subnacionales, porque creo que la democracia necesita otro partido fuerte con presencia territorial en los nueve departamentos. Además, seguiré trabajando por la unidad de la oposición, poniendo énfasis en la población, para que su voto la impulse", explicó.
Doria Medina se convirtió en 2014 en el opositor más votado, con un 25 por ciento de la preferencia electoral, en una alianza de su partido Unidad Nacional (UN) con Demócratas, la fuerza política liderada por Rubén Costas, el gobernador de Santa Cruz. En ese momento ya era reconocido como "el rey del cemento" en Bolivia, en su condición de ex dueño de una parte de la firma Fancesa y propietario de la compañía Soboce, con socios internacionales. Dos meses después de las elecciones, en las que terminó segundo por debajo de Evo Morales, anunció la venta de su participación en la fábrica, por alrededor de 300 millones de dólares, y anunció que se enfocaría en la actividad política.
Samuel Doria Medina no es solo conocido por sus millonarios emprendimientos, sino también por su insistencia en buscar la Presidencia de Bolivia y por sucesos que marcaron su vida, como el secuestro al que fue sometido en noviembre de 1995, durante 45 días, por el grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, y por sobrevivir el 21 de enero de 2005 a un accidente aéreo en el cerro Huaricollo de Oruro, cuando viajaba con otras personas en un avión Cessna Grand Caravan.
Hace casi dos años compró por 39 millones de dólares la mayor parte del emblemático hotel Los Tajibos, situado en el corazón del lujoso barrio Equipetrol de Santa Cruz.También es propietario desde 1998 de la franquicia de la cadena de restaurantes Burguer King en todo el país, además de que en 2010 consiguió la representación de Subway y en 2011 desarrolló la franquicia de comida la Quinta.
Aunque su éxito empresarial supera sus logros políticos, aclara que todavía no ha finalizado su vida política como para comparar en qué le va mejor. "Es temprano para juzgar. Tengo empresas en los ramos hotelero, inmobiliario y de alimentos. Hoy la principal es el Hotel Los Tajibos. Cada año aplicamos un programa de inversiones que implica la expansión de nuestras operaciones. Mi proyecto más nuevo es Green Tower, en La Paz, que será el edificio de departamentos más moderno y alto del país".
Empresario "por casualidad"
"La actividad política es una vocación que aparece temprano en mi vida, cuando estudiaba el último curso del bachillerato en Argentina, y veía los efectos terribles de la dictadura militar en la sociedad. Luego, ya como estudiante en la Universidad Católica de La Paz, formé, junto a mi esposa Nidia, un frente independiente que ganó el centro de estudiantes de Economía. En esa época ya conocí a algunos compañeros que me acompañarían después en las actividades políticas, como el fallecido Rulo Loayza. También participé del rechazo popular contra el golpe de Natusch Busch. Me hice empresario por casualidad. En realidad, estudié el pregrado y la maestría con la clara intención de dedicarme a la gestión pública", relata a Infobae.
En esa línea, su trayectoria profesional comenzó en la Unidad de Análisis de Políticas Económicas (UDAPE). "Sin embargo, mi padre era uno de los socios de Soboce, que estaba en graves problemas económicos. En este contexto, el presidente de la empresa, Hugo Villegas, me invitó a dirigir la fábrica de cemento y sacarla de apuros, lo que me empujó al mundo empresarial".
El millonario político de 60 años se hizo cargo de Soboce en 1987 y consiguió sacarla a flote. Su vida política la comenzó joven en el MIR, del expresidente de Bolivia Jaime Paz Zamora. Fue en esa gestión en la que desempeñó el cargo de ministro de Planeamiento, de 1991 a 1993. Después de militar en ese partido se distanció y creó Unidad Nacional en 2003. Tres años después fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente que modificó la Constitución en medio de la dura confrontación del gobierno de Evo Morales con los opositores.
"He tratado de no mezclar mis actividades empresariales y políticas, pero es de conocimiento público que este Gobierno, incumpliendo la Constitución, me arrebató la propiedad que tenía en la compañía chuquisaqueña Fancesa, sin indemnización y solo por motivos políticos. Además, los múltiples procesos planteados por el MAS para impedir que desarrolle normalmente mi trabajo político limitan mis movimientos como empresario. No puedo viajar libremente, pese a que cada vez que salgo del país vuelvo voluntariamente y he dicho mil veces que no me pienso ir a ninguna otra parte. En fin, hay un costo que pagar, pero lo pago gustoso porque así defiendo mis derechos y los de los bolivianos a hacer política", explica, a propósito de los juicios y el arraigo que lo afectan.
Sobre el patrimonio que ha acumulado en su vida empresarial, asegura que no es posible hacer ese cálculo. "Mi patrimonio sube y baja de acuerdo a los procesos económicos del país y del mundo, por lo que no hay posibilidades de calcular el efecto negativo exacto de la persecución que el Gobierno ha desencadenado en mi contra",enfatiza.
No habla con Evo Morales desde hace varios años. "No porque no quiera, sino porque él desconoce la democracia pluralista. Cree que nadie más tiene derecho a gobernar y entonces no respeta a los opositores, solo quiere eliminarlos. Con la gente del MAS tenemos relaciones, por supuesto, aunque no muy fluidas, por esa misma concepción del poder como un patrimonio particular, que no se comparte ni se deja".
Evo Morales cree que nadie más tiene derecho a gobernar y entonces no respeta a los opositores, solo quiere eliminarlos.
Sobre sus asesores en la política y en sus empresas dice que su padre le enseñó que para realizar cualquier trabajo se necesita a los mejores profesionales. "En política, la situación es diferente, más movible, pero en el campo empresarial he logrado formar un equipo de colaboradores que están ya muchos años a mi lado y que ven el 90 por ciento de los asuntos de mis empresas. Así permiten dedicar la mayor parte de mi tiempo a la política".
Como todos los partidos, dice que UN tiene dirigentes y militantes que pueden llegar a reemplazarlo algún día en su cargo de presidente. "En nuestro partido no hay cabezas. No tengo enemigos políticos, aunque algunos me creen un enemigo y tratan de destruirme, pero yo no odio. La vicepresidente del partido es Soledad Chapetón, que es alcaldesa de la ciudad de El Alto, la segunda más grande del país. No es mi pariente, fue elegida democráticamente".
¿Y porqué no puede ganar?
Hay una razón principal por la que Doria Medina cree que no pudo ganar las elecciones presidenciales de Bolivia. En las dos primeras en las que participó terminó tercero y en la última resultó segundo, sólo debajo de Evo Morales. "La mayor parte de mi vida política ha coincidido con un proceso político muy fuerte en el país, que con medios populistas y con la suerte de haber coincidido con una prosperidad económica sin precedentes históricos, ha dificultado nuestra labor. En 2014, la economía vivió el mejor año de su historia republicana, y justo en ese momento tuve que enfrentar al presidente Morales en las elecciones, cuando la gente le atribuía equivocadamente el logro económico. Por eso era imposible ganar, pero logré el 25 por ciento, enfrentando a un monstruoso aparato de campaña", justifica.
Diversos analistas políticos han atribuido algunas veces que una de las razones que impiden un mejor desempeño de Samuel Doria Medina en las elecciones es su falta de carisma.
Sobre su desistimiento a ser candidato otra vez en las elecciones del próximo 20 de octubre, argumenta que al insistir habría potenciado al "enemigo de la democracia, que tensa y tuerce todas las instituciones" para reelegirse indefinidamente. "Yo siempre busqué aportar a la democracia del pluralismo, la alternancia y la igualdad ante la ley. En el momento en que me dí cuenta de que mi presencia en las elecciones iría a perjudicar a la democracia representativa e institucional, es decir, los valores en los que creo, preferí dar un paso al costado".
Pese a su ausencia en la competencia de este año, asegura que no ha dejado la política. "UN seguirá su camino y espero que la población la premie cuando se dé cuenta, con la prueba de lo que hemos hecho ahora, de que no estamos en política por pegas, sino porque tenemos una visión para transformar al país".
Definirá su voto más adelante
Aunque la semana pasada declaró que el candidato Carlos Mesa "es el mal" menor frente a Evo Morales en las elecciones que vienen, afirma que definirá su voto por alguna candidatura más adelante y que su partido Unidad Nacional no participa ni negoció su participación en ninguna lista de candidatos. "Nuestra posición es principista: no contribuir a la dispersión. Apoyaré al que tenga más posibilidades de expresar la unidad de la gente. Estamos preparándonos para enfrentar las elecciones subnacionales (en 2020) con disciplina y empeño".
Cuando quedan aún tres meses de campaña, opina que finalmente la unidad de los candidatos opositores para enfrentar a Evo Morales no se logró. "Los partidos ya han presentado listas de candidatos a parlamentarios por separado. Ahora la unidad de la oposición depende de la gente, que debe votar en octubre con la idea de repetir el 21F en la mente", agrega.