Witzel aseguró que es "natural" que las muertes cometidas por la policía continúen aumentando durante su mandato como consecuencia de una política de "enfrentamiento contra terroristas", como se refirió a los grupos de narcotraficantes.
"Es normal (que haya más muertes). Vivimos una situación de enfrentamiento y los criminales están probando cuál es el límite de la policía y del gobernante", dijo el funcionario, conocido por sus comentarios controvertidos y por un discurso duro contra la criminalidad.
La policía de Río dio muerte a 714 personas en los primeros cinco meses del año, 20% más que en 2018. Sin embargo, el gobernador no se mostró preocupado, sino que adujo que el aumento en el número de víctimas se debe a que el estado está "golpeando fuerte" a la criminalidad.
El gobernador dijo que "una investigación revelará en breve" que el Comando Vermelho, una de las mayores facciones criminales de Brasil que controla el tráfico de drogas en muchas favelas de Río, tiene vínculos con Hezbollah.
"Las personas que adquieren un fusil no son pobres, negros ni vecinos de favelas. Son criminales y optaron por una vida marginal. ¿Qué hacen de diferente de Hezbollah? Nada. ¿Vamos a ser tolerantes con Hezbollah, que actúa con bombas y misiles contra la población de Israel? No, vamos a actuar con rigor, como se hace en Israel".
"El mensaje está dado: si no quiere morir, no ande con un fusil en la calle", concluyó.
Witzel explicó que impulsa un proyecto para crear una cárcel que alojará a delincuentes que quieran salir de la criminalidad a través de acuerdo de delación.
"Quien quiera salir (de la criminalidad) tendrá las puertas abiertas. Quien quiera enfrentamiento con la policía, infelizmente tendrá como resultado la muerte… o la prisión", aseguró Witzel durante una reunión con corresponsales extranjeros.
El gobernador, un aliado del presidente Jair Bolsonaro, comparó su modelo de seguridad con lo que sucedió en la ciudad de Nueva York, que en los años 90 adoptó una política de "tolerancia cero" contra el crimen. La ciudad redujo drásticamente los índices de delitos, pero en paralelo se multiplicaron las denuncias por abusos policiales y violaciones a los derechos humanos.
"El crimen organizado está sufriendo una asfixia. La policía lo está enfrentando sin miedo de matar. Si hay alguien con fusil y la enfrenta, la policía va a disparar a matar", dijo el gobernador.
Según datos oficiales, la letalidad policial en Río alcanzó un nivel récord desde 2003, cuando comenzaron los registros. Al mismo tiempo, los homicidios practicados por criminales se han reducido 24% en lo que va del año.
En poco tiempo, Witzel pasó de ser desconocido para la mayoría de los brasileños a gobernar Río, uno de los mayores estados del país. Con pasado militar, como ex fusilero naval y en la justicia, donde se desempeñó como juez, tuvo un ascenso vertiginoso en 2018 durante la campaña que lo catapultó a la gobernación.
Según Mauricio Santoro, politólogo y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, la elección de Witzel debe interpretarse en el contexto de un descreimiento generalizado hacia la clase política y una crisis económica que golpeó especialmente al estado.
"Al igual que Bolsonaro, Witzel -un desconocido- se benefició de la idea presente de que toda la élite política era corrupta e incapaz de ofrecer una alternativa".
Pese a que las encuestas lo mostraban lejos de la pelea hasta poco antes de la elección, el discurso de tolerancia cero contra el crimen caló hondo en los electores. Witzel venció la elección en casi todas las ciudades del estado, con el apoyo de votantes de muchas favelas.
"Fue electo por quienes más sienten el impacto del crimen organizado y la guerra de facciones con la policía. Muchos eligieron un enfoque duro como manifestación de la desesperación y falta de perspectiva de gobierno pasados", dijo Santoro.
El gobernador dijo este martes que buscará atraer más turistas a Río para que se convierta en una importante fuente de ingresos para el estado. "Es nuestro nuevo petróleo", dijo Witzel.
Según números de la gobernación, cerca de dos millones de personas visitan cada año Río y pretenden elevar esa cifra a cinco millones.
Por último, el gobernador manifestó su deseo de que el papa Francisco visite la ciudad debido a la gran cantidad de visitantes que podría atraer, y se mostró confiado de que la ciudad alojará próximamente el gran premio de Fórmula 1.
(Con información de AP)
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