Luego de dos periodos como presidente, Danilo Medina no puede aspirar a un tercer mandato en la República Dominicana. Excepto que se someta al país a una nueva reforma constitucional, y desde la proclamación de la ley fundamental en 1844 se hicieron ya 39, la última en 2015, impulsada por Medina. Debido a la posibilidad de que así sea, desde hace dos semanas se repiten las protestas frente al Congreso, donde hay un despliegue policial y militar sin precedentes.
Cuando la represión con bombas lacrimógenas provocó heridos, la oposición no tardó en evocar el nombre de Rafael Trujillo, el dictador que entre 1930 y 1961 —cuando fue asesinado— llevó adelante uno de los gobiernos más sanguinarios del continente americano. La tensión continúa y Medina —que en 2018 intentó conseguir una autorización judicial para su re-reelección— prolonga la incertidumbre sobre su decisión.
Entre los opositores al mandatario se cuentan el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), las otras dos fuerzas políticas importantes. Pero también los propios camaradas del primer mandatario en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). El vocero de la presidencia, Roberto Rodríguez Marchena, llamó "insolente" y "chantajista" al dirigente del PLD y ex presidente Leonel Fernández, quien amenazó con una división interna.
A Medina tampoco le ha ido muy bien en el frente internacional. El secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, comunicó personalmente su preocupación por la posibilidad de una reforma constitucional a la cual se opone —según una encuesta reciente de Gallup— el 68% de la población.
"Ambos discutieron la importancia de que todos los actores políticos en la República Dominicana preserven las instituciones democráticas y adhieran al estado de derecho y la constitución, en particular en vísperas de las elecciones en 2020″, dijo una vocera del Departamento de Estado.
También el senador por Nueva Jersey Bob Menéndez, de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos, advirtió sobre la necesidad de emplear la presión diplomática para sostener las instituciones en Dominicana "cuando el presidente Medina intenta modificar su Constitución".
La Casa Blanca "debe demostrar su compromiso con la defensa de las normas democráticas, y no puede ignorarlo cuando un líder electo intenta extender su control sobre el poder modificando la constitución de su país para su beneficio", destacó Menéndez.
"Puede tener la seguridad que cualquiera que sea mi decisión, el proceso se llevará a cabo conforme a la Constitución y las leyes", le dijo Medina al concluir la conversación telefónica con Pompeo. Hasta el momento, no ha tomado una sobre su precandidatura para las primarias del próximo 6 de octubre, o su salida.
Con poco más de 10 días de sesiones legislativas por delante, el presidente no tiene demasiado tiempo: si impulsara una reforma, debería llamar a sesiones extraordinarias antes del 26 de julio. Las otras figuras del PLD que quieren participar en las primarias —además de Fernández, Francisco Domínguez Brito y Andrés Navarro, entre otros— presionan porque los partidos deben notificar a la junta electoral la lista de candidatos antes del 22 de agosto.
"Actualmente el congreso está militarizado", advirtió el ex juez del Tribunal Constitucional Jottin Cury. "Hay protestas porque se quiere reformar nuevamente la constitución, y va ser peor. Es un secreto a voces que muchos legisladores serían compensados con el soborno, lo cual es más grave la situación", denunció. Según conjeturó Cury, el proyecto regresaría a los términos de la constitución de 1966, que no prohibía la reelección continua.
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