Guatemala elige presidente con una ex primera dama como favorita y candidatos vetados por narcos o por irse del país

Tras cuatro años de gobierno del controvertido comediante Jimmy Morales, la nación centroamericana va a las urnas tras un proceso repleto de escándalos. Dos de las tres principales aspirantes debieron abandonar la carrera y los que quedaron tienen una imagen negativa muy superior a la positiva

Guardar
Las elecciones en Guatemala, marcadas por el liderazgo en las encuestas de Sandra Torres (centro), y la exclusión de Thelma Aldana (derecha) y Zury Ríos (izquierda)
Las elecciones en Guatemala, marcadas por el liderazgo en las encuestas de Sandra Torres (centro), y la exclusión de Thelma Aldana (derecha) y Zury Ríos (izquierda)

Iba a ser la elección de las mujeres, pero termina siendo una elección casi desierta. No por falta de candidatos —de hecho, son 19—, sino porque la mayoría de la población rechaza a casi todos los postulantes, y algunos de los que tenían serias aspiraciones terminaron siendo vetados.

Sandra Torres, líder de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), es la más instalada desde el comienzo, y la única sobreviviente entre las favoritas. Fue primera dama entre 2008 y 2011, durante la presidencia de Álvaro Colom. Intentó suceder a su esposo, pero no pudo porque la prohibición de reelección consecutiva incluye a los familiares del mandatario. De poco sirvió su divorcio, que no convenció a las autoridades electorales.

El presidente de Guatemala, Jimmy Morales
El presidente de Guatemala, Jimmy Morales

En las elecciones de 2015 salió segunda en primera vuelta y perdió claramente el ballotage ante Jimmy Morales. El comediante había sido la sorpresa de la campaña como el candidato outsider que venía a enfrentar al establishment político, pero no tardó en decepcionar. Terminó persiguiendo a la comisión de la ONU que investiga la corrupción en el país, cuando ésta empezó a investigar a su círculo familiar.

Hace apenas tres meses, otras dos mujeres desafiaban a Torres. Guatemala, un país históricamente conservador, donde las desigualdades de género son mayores al promedio latinoamericano, llamaba la atención por tener a tres candidatas disputando el poder.

Una era Thelma Aldana, que se había convertido en un emblema de la lucha contra la corrupción como fiscal general entre 2014 y 2018. En colaboración permanente con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), lideró investigaciones contra altas figuras de la política local, desde el ex presidente Otto Pérez Molina —que terminó siendo arrestado— hasta el propio Morales.

Pero el 18 de marzo, cuando comenzaba el período de campaña y Aldana viajó hacia el El Salvador para participar de una serie de actividades, la Fiscalía de Delitos Administrativos solicitó un pedido de captura en su contra, que fue aceptado por el juez Víctor Manuel Cruz. La acusan de "peculado por sustracción en forma continuada, falsedad ideológica y defraudación tributaria".

Sandra Torres, candidata presidencial de UNE (REUTERS/Luis Echeverria)
Sandra Torres, candidata presidencial de UNE (REUTERS/Luis Echeverria)

El caso es sumamente oscuro y resultó llamativo el momento elegido: cuando se lanzaba la carrera electoral y sabían que ella no iba a estar en el país. Aldana no regresó a Guatemala y la Justicia Electoral le impidió formalizar su candidatura desde el exterior. Ella era la única que tenía en el centro de su programa la lucha contra la corrupción, y que defendía la continuidad de la CICIG, que otros quieren expulsar.

La otra contendiente con aspiraciones a entrar a un eventual ballotage era Zury Ríos, hija de Efraín Ríos Montt, dictador que gobernó entre 1982 y 1983 y que fue acusado de genocidio por los crímenes que cometió en el poder. Estaba tercera en las encuestas, detrás de Torres y de Aldana, pero también fue inhabilitada. En su caso, el argumento es que la Constitución veda a los familiares de dictadores de postularse a la presidencia. Lo curioso es que en 2015 sí le permitieron participar: salió quinta con apenas 5,8% de los votos.

Thelma Aldana, quien dirigió el Ministerio Público de Guatemala de 2014 a 2018, presentó su candidatura a la presidencia, pero fue luego excluida (EFE)
Thelma Aldana, quien dirigió el Ministerio Público de Guatemala de 2014 a 2018, presentó su candidatura a la presidencia, pero fue luego excluida (EFE)

"La ausencia de Thelma y Zury tiene efectos importantes en el escenario electoral, ya que dejaron un vacío en la intención de voto. Sin embargo, esto no desnaturaliza las elecciones, ya que se han resuelto dentro de los parámetros institucionales. Es difícil que el resultado se considere poco legítimo porque el conteo de votos está garantizado por los ciudadanos. Sin embargo, sí se consolida la desconfianza en el sistema electoral, donde se percibe que los partidos no compiten en igualdad de condiciones", explicó Javier Brolo, profesor del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco Marroquín, consultado por Infobae.

Otros cuatro precandidatos fueron inhabilitados, profundizando la incertidumbre electoral. Carlos Cerezo Blandón, por tratar de presentarse como independiente, algo que no está permitido; Mauricio Radford, por tener un proceso penal abierto; y Edwin Escobar, por tener una causa en trámite.

Zury Ríos muestra la presentación que hizo, sin éxito, ante la OEA para que la dejen ser candidata
Zury Ríos muestra la presentación que hizo, sin éxito, ante la OEA para que la dejen ser candidata

De todos modos, ninguno supera el caso de Mario Estrada, que se presentaba por Unión del Cambio Nacional. El ex diputado nacional había participado de los últimos tres comicios sin demasiado éxito, pero ante la ausencia de postulantes fuertes, tenía expectativas de cambiar su suerte.
Sin embargo, sus planes se vinieron a pique el 17 de abril pasado, cuando lo arrestaron en Estados Unidos. El Departamento de Justicia lo acusa de recibir financiamiento del Cartel de Sinaloa. Según la imputación, si llegaba a la presidencia, iba a devolverle el favor a la organización que lideraba el Chapo Guzmán dándole acceso a puertos y aeropuertos guatemaltecos para exportar cocaína a territorio estadounidense.

"En este proceso se ha acentuado el cuestionamiento sobre el verdadero alcance y sentido de las elecciones. Existe un desánimo generalizado sobre las diversas candidaturas a cargos electivos, incluidas las presidenciales. Para un segmento de la población, que las encuestas calculan en aproximadamente 20%, la no participación de Ríos y Aldana afecta la legitimidad debido a que ambas estaban situadas entre las tres personas con mayor intención al voto. Lo interesante es que representan las dos principales posiciones en juego: Ríos, la continuidad y fortalecimiento del régimen de impunidad; y Aldana, el frente en pro de la lucha contra la corrupción, que pretende alargar el mandato y la presencia de la CICIG y desarmar las estructuras de impunidad", dijo a Infobae el politólogo guatemalteco Renzo Lautaro Rosal, director de la consultora Rosal y Asociados.

Mario Estrada durante una recorrida de campaña, antes de ser arrestado por vínculos con el narcotráfico
Mario Estrada durante una recorrida de campaña, antes de ser arrestado por vínculos con el narcotráfico

La favorita impopular

Las encuestas coinciden en mostrar un escenario de fragmentación extrema, que desencadenará en un ballotage el 11 de agosto, ya que nadie se acerca al 50% necesario para evitarlo. Según un estudio de ProDatos, Torres obtendría un 20 por ciento de los votos. En segundo lugar quedaría Alejandro Giammattei, de Vamos por una Guatemala Diferente, con 14 por ciento. Luego aparecen Edmond Mulet, del Partido Humanista, con 9%; y Roberto Arzú, del Partido de Avanzada Nacional, con 8 por ciento.

"Torres ha logrado crear y fortalecer un partido político con fuerte adhesión a nivel local, en especial, en los departamentos de mayor peso electoral. Haber estado al frente del gobierno durante el período 2008 — 2012, lejos de debilitar al partido oficial, lo convirtió en una estructura disciplinada. Una de las estrategias que lo ayudaron es que logró manejar los hilos de la Justicia, lo que le permitió congelar y debilitar el impacto de los diversos casos legales en su contra", afirmó Rosal.

El candidato presidencial Alejandro Giammattei del partido político “VAMOS” saluda a sus seguidores durante un mitin en la Ciudad de Guatemala, Guatemala, el 8 de junio de 2019 (REUTERS/Saul Martinez).
El candidato presidencial Alejandro Giammattei del partido político “VAMOS” saluda a sus seguidores durante un mitin en la Ciudad de Guatemala, Guatemala, el 8 de junio de 2019 (REUTERS/Saul Martinez).

Un sondeo de la firma Cid-Gallup coincide en los candidatos que pasarían a la segunda vuelta, aunque anticipa una distancia mayor: le asigna 23% a Torres y 12% a Giammattei. En cambio, Arzú aparece tercero, con 9%, y Mulet cuarto, con 7 por ciento. La que asoma en la quinta posición, con 5%, es la única que desafía al establishment: Thelma Cabrera, una líder campesina de origen maya, del Movimiento Liberación por los Pueblos.

"Torres ganó una fracción del electorado durante el gobierno de su ex esposo, gracias a la manipulación de los programas sociales basados en dádivas a la población más pobre. Desde ese momento consiguió la lealtad de mucha gente, pero no tanto como para ganar una elección. Tiene algo así como un 20% seguro, pero un rechazo también muy alto. Casi seguro queda entre los dos primeros, pero no pasa de allí, es mi visión. Si llegara a ganar haría un gobierno demagógico, como el de Andrés Manuel López Obrador en México, pero no tendría tanto apoyo como para hacer algo como Hugo Chávez en Venezuela", sostuvo el sociólogo Carlos Sabino, profesor de la Universidad Francisco Marroquín, en diálogo con Infobae.

Roberto Arzú sostiene una pancarta con su rostro en una austera recorrida de campaña
Roberto Arzú sostiene una pancarta con su rostro en una austera recorrida de campaña

La ex primera dama podrá tener confianza en que va a terminar ganadora este domingo, pero tiene razones para no ser demasiado optimista en la elección definitiva. A pesar de ser la dirigente política que desde hace más tiempo está en los primeros planos, es también una de las más repudiadas. El 34% de los guatemaltecos dice que jamás votaría por ella, según Cid-Gallup.

Ya lo sufrió en 2015. La diferencia con Morales en primera vuelta había sido de sólo cuatro puntos en favor del actual mandatario, pero se extendió a 31 en la segunda vuelta. Apenas creció de 19 a 34 por ciento. Por eso, Giammattei sabe que un segundo puesto hoy puede significar casi un boleto asegurado a la presidencia en agosto. La misma encuesta revela que sólo un 2% de los entrevistados dice que no lo votarían.

Thelma Cabrera, candidata presidencial del Movimiento para la Liberación de los Pueblos, saluda a sus seguidores durante un mitin en la Ciudad de Guatemala, Guatemala, el 8 de junio de 2019 (REUTERS/Luis Echeverría).
Thelma Cabrera, candidata presidencial del Movimiento para la Liberación de los Pueblos, saluda a sus seguidores durante un mitin en la Ciudad de Guatemala, Guatemala, el 8 de junio de 2019 (REUTERS/Luis Echeverría).

De todos modos, los antecedentes no lo ayudan. El ex director del Sistema Penitenciario (2005-2007) acumula una larga lista de derrotas. Se presentó con distintos partidos en las presidenciales de 2007, 2011 y 2015 y nunca le fue bien. En 1999 y en 2003 había tratado de ser alcalde de Ciudad de Guatemala, pero tampoco pudo. Apuesta a un discurso de mano dura, que incluye la defensa de la pena de muerte, y al electorado conservador, que rechaza el aborto y las medidas tendientes a lograr una mayor igualdad de género. Se opone a la CICIG.

Mulet sabe que la distancia con Giammattei está dentro del margen de error, así que confía en revertirla. Es abogado y diplomático, y fue secretario general adjunto en la ONU. Dice que su experiencia en las Naciones Unidas le servirá para combatir la corrupción y el narcotráfico.

Arzú, hijo del ex presidente Álvaro Arzú Irigoyen (1996 — 2000), tampoco está lejos, así que no pierde las esperanzas. Al igual que los otros candidatos, defiende la pena de muerte, propone militarizar la seguridad y se opone al aborto y a las leyes de género.

Roberto Arzu, candidato presidencial de la coalición de partidos PAN-PODEMOS, habla durante una entrevista con Reuters en la Ciudad de Guatemala (REUTERS/Josue Decavele)
Roberto Arzu, candidato presidencial de la coalición de partidos PAN-PODEMOS, habla durante una entrevista con Reuters en la Ciudad de Guatemala (REUTERS/Josue Decavele)

Cabrera quiere ser la sorpresa de la elección. Aunque no entre al ballotage, obtener un caudal de votos importante puede ser un triunfo para darle más fuerza a sus demandas. Desde hace 26 años pertenece al Comité de Desarrollo Campesino, que reclama el acceso a la tierra para las comunidades indígenas, y propone una reformulación anticapitalista del Estado.

"En cualquier caso, tendremos un gobierno débil, al menos en sus inicios, y cuestionado por muchos. Dependerá del Congreso ver si logra superar esto. Es una elección de muy difícil pronóstico, porque no están los candidatos principales y son como una decena los que pueden llegar a la segunda vuelta", concluyó Sabino.

MÁS SOBRE ESTE TEMA:

Guardar