No es de las mejores la relación de Evo Morales con la jerarquía católica boliviana, que se ha pronunciado en diversas circunstancias a favor de que se respete el resultado del referéndum de 2016, en el que una mayoría de los bolivianos votó en contra de la reforma constitucional para habilitar las candidaturas del presidente y del vicepresidente.
Los roces con las autoridades católicas han sido constantes en los 14 años de Gobierno de Morales. Aunque el tono de la jerarquía eclesiástica parece haberse moderado en los últimos meses, la semana pasada la Conferencia Episcopal Boliviana, a través de la Asamblea de los Obispos, emitió un pronunciamiento en el que recomienda elecciones transparentes. "No se puede aceptar el control o la manipulación de los votos como instrumento de poder…Una verdadera democracia da legitimidad al Gobierno que surge de un proceso electoral transparente y del respesto inviolable de la decisión del pueblo boliviano", sostiene el reciente comunicado.
No se puede aceptar el control o la manipulación de los votos como instrumento de poder
La intervención pública de los obispos se dio una semana después de que el cardenal boliviano Toribio Ticona expresó el 29 de abril en un encuentro con la federación de las mujeres campesinas Bartolina Sisa, afín al Gobierno, su respaldo al Presidente. "Donde sea tenemos que ir junto al presidente Evo Morales. No hay que hablar nomás. Más bien hay que trabajar todos. Ya están llegando las elecciones. Ahí tenemos que ir juntos", arengó en el idioma nativo quechua el primer cardenal indígena de la historia boliviana, que fue investido el año pasado por el papa en el Vaticano, con la inédita presencia del Jefe del Estado de Bolivia.
Como en anteriores ocasiones en las que Ticona se manifestó cercano a Morales, las autoridades de la Conferencia Episcopal Boliviana salieron a aclarar rápidamente que su posición es personal y que no refleja la de la Iglesia. "El cardenal Toribio Ticona ha expresado un parecer que consideramos un parecer suyo, que respetamos y que es propio de una persona, como cualquiera de nosotros tiene una postura. Su declaración no enmarca el parecer de la Conferencia Espiscopal, menos de la Iglesia, pero obviamente la respetamos", declaró a los medios bolivianos el monseñor Eugenio Scarpellini, que es obispo de El Alto, una de las ciudades bastiones del oficialismo.
Donde sea tenemos que ir junto al presidente Evo Morales.
Pero la afinidad de Ticona con Morales ha estado matizada por algunas declaraciones cambiantes. En diciembre del año pasado, cuando recrudeció la controversia por la habilitación del primer mandatario boliviano para las elecciones de octubre de 2019, aclaró que a pesar de que él no es del partido del presidente, Evo es su amigo. En esa misma intervención, el cardenal opinó que Bolivia "está mejor", ahora que antes, pero las peleas políticas pueden llevar a la ruina. "Al final, tampoco estoy de acuerdo que uno nomás gobierne", afirmó el cardenal.
Tensiones con sacerdotes
Desde el inicio de su gestión, en el año 2005, el gobierno ha tenido choques con los jerarcas católicos. La nueva Constitución, promulgada en 2009, declaró laico al Estado boliviano y dejó de considerar a la católica como la religión oficial del país, en el que al menos un 80 por ciento de los pobladores profesaría este credo. Desde entonces, el MAS ha liberado de los actos oficiales y festivos la predominancia de los rituales católicos. Incluso estimula en ellos otras prácticas tradicionales y resultantes del sincretismo religioso. El 10 de abril de este año se acaba de promulgar también la Ley de Libertad Religiosa, Organizaciones y Creencias Espirituales, que neutraliza de alguna manera la hegemonía de la Iglesia católica tradicional.
El propio presidente se declara católico, pero no así el vicepresidente Alvaro García Linera, que se define como marxista revolucionario. Ambos han sido constantemente críticos con la jeraquía católica. Son muy recordados los choques con el primer cardenal de origen boliviano, el fallecido Julio Terrazas, uno de los que más criticó al gobierno de Morales, y al obispo Tito Solari, quien una vez denunció en Cochabamba el uso de niños por el narcotráfico.
Los dos mandatarios han tratado de hacer notar que las diferencias no se dan con los sacerdotes de base, sino con los jerarcas católicos. Otros temas que han motivado choques han sido los de la tributación de las obras religiosas y la concepción de los cambios en la educación, donde los católicos tienen un histórico aporte e influencia. En algunos momentos de su gestión Evo Morales dijo que la Iglesia ha sido "un instrumento de la dominación" y ha alentado un cambio que derive más en una visión "pachamamista" de la religión en Bolivia.
Otras tensiones muy recordadas son las ocurridas con el sacerdote Mateo Bautista, por el presupuesto destinado por el gobierno a la salud. El religioso propició un movimiento para conseguir un 10 por ciento, lo que incomodó al oficialismo. Ahora Mateo Bautista ya no está en Bolivia.
El momento de mayor confrontación verbal se ha dado cuando los obispos cuestionaron al Tribunal Supremo Electoral por la habilitación de la candidatura de Evo Morales, a pesar de su derrota en el referéndum del 21-F. En respuesta, el vicepresidente dijo que la Iglesia debe dejar de hacer política y dedicarse "a salvar almas".
No "mutilar" a la Iglesia
"Pedir que la Iglesia no se meta en política en el sentido amplio es pedirle que mutile su misión en el mundo", dijo a Infobae Juan Carlos Velásquez Silvestre, responsable de formación e incidencia de la Pastoral Cáritas Boliviana. Explicó que la misión de esta institución no es solo la predicación ni la celebración de los sacramentos, sino el servicio a las personas en situación de pobreza.
Pedir que la Iglesia no se meta en política en el sentido amplio es pedirle que mutile su misión en el mundo
Recordó que el Concilio Vaticano II establece que la política le interesa a la Iglesia y que tiene el derecho de promoverla sin confundirse con opciones partidarias.
Sobre las elecciones presidenciales de octubre y el reciente mensaje de los obispos, explicó que pone énfasis en la calidad que debe tener el proceso. "Debe caracterizarse por el voto consciente, libre y responsable de la ciudadanía".
Refiriéndose a la posición del cardenal, que apoya a Evo Morales, aclaró que la población debe diferenciar que Ticona es emérito, o sea jubilado, y no ejerce cargos en ninguna diócesis ni en la Conferencia Episcopal Boliviana, por lo que su palabra no tiene carácter oficial."El cardenal goza del aprecio y el reconocimiento de sus hermanos obispos y de las comunidades eclesiales donde ha servido. Ningún obispo está prohibido a título personal de ser cercano o mostrar simpatía humana a cualquier autoridad o persona. El problema es si la aparente cercanía se instrumentaliza política y partidariamente. El cardenal merece consideración para no ser utilizado", agregó.
Opinó también que es "un artificio malintencionado" la de algunas autoridades que califican de jerárquica o de base a la Iglesia, ya que es una sola y está en comunión. "Sería deseable que las personas o las autoridades que la dividen imaginariamente tuvieran una mínima catequesis, para evitar calificaciones atrevidas y mentirosas".
Sobre el respeto a los resultados del referéndum del 21 de febrero, insistió en que la Iglesia, o cualquier institución o persona con criterio formado, han de pedir que se respete la votación, al margen de algún instrumento internacional.
Les preocupa la post verdad
Desde Santa Cruz de la Sierra también habló con Infobae sobre las elecciones el vocero del Arzobispado cruceño, Erwin Bazán. "Nos preocupa el creciente recurso a la llamada post verdad, como estrategia electoral, que no es otra cosa que legitimar la mentira para favorecer a los intereses políticos. Los obispos también han pedido se evite la confrontación, los ataques, calumnias e insultos de unos a otros, porque ensucian la campaña. Hace falta garantizar una serie de criterios para dar certidumbre a la población de que su voto no será manipulado", expresó.
En similar línea que Velásquez, afirmó que es hora que las autoridades entiendan que los obispos tienen no solo el derecho, sino la obligación de meterse en política, porque es parte de su misión. "Esta es una vieja acusación totalitarista", expresó.
También recalcó que es justo reconocer que la Iglesia Católica ha sido una de las primeras instituciones en fijar su posición unánime y contundente de defender la voluntad del referéndum del 21 de febrero de 2016.
Amistad con el Papa Francisco
Como no ha podido calmar a las autoridades católicas, Evo recurrió alguna vez al Vaticano para reclamar por el supuesto "accionar político" de los obispos. La relación comenzó a cambiar rotudamente en ese nivel, sobre todo con la elección del argentino Jorge Mario Bergoglio como Papa.
Francisco protagonizó una histórica visita en 2015 a Bolivia durante el gobierno de Morales, con el que evidentemente muestran una notable simpatía recíproca, a tal punto que Evo Morales lo llama "hermano Papa" y de quien pondera su militancia con la Teología de la Liberación.
Ambos se han reunido al menos cinco veces, algunas de ellas en el mismo Vaticano, y la buena relación se ha manifestado en distintos gestos. Una de las últimas señales relevantes de la constante mirada del Papa a Bolivia fue el nombramiento en 2018 del primer cardenal indígena, Toribio Ticona, cercano a Evo Morales y muy valorado por él por su procedencia étnica y su origen humilde.
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