Desde Dallas, donde fue a recibir el premio a la "Personalidad del año", el presidente brasileño Jair Bolsonaro replicó con ferocidad las noticias procedentes de la Justicia de su país que acusan a su hijo, el senador Flavio Bolsonaro, de montar una organización delictiva para lavar dinero. Indignado, el jefe de Estado aseguró que lo "persiguen", a él y a su familia, sectores de la prensa local y del Ministerio Público. Manifestó que está dispuesto a abrir sus cuentas bancarias: "Las pongo a disposición (de la justicia)", garantizó, con la certeza de que en ellas no hay nada delictivo que pueda incriminarlo.
Todo parte de una investigación de las actividades de Flavio Bolsonaro, cuando todavía era diputado provincial en Río de Janeiro, cargo que desempeñó a lo largo de 11 años (entre 2007 y 2018). La Fiscalía de Río juzga que existen "indicios claros de malversación de fondos públicos, lavado de dinero y organización delictiva" montada en las oficinas que Flavio Bolsonaro mantenía en la Asamblea Legislativa fluminense.
Según el Grupo de Actuación Especializada en el Combate a la Corrupción (GAECC), responsable por la investigación del caso, el gabinete del ex diputado provincial "funcionó a partir de 2007 con características de organización criminal, con alto grado de permanencia y estabilidad". El organismo añadió que "había tres núcleos: uno, manejaba a los asesores; otro que recogía y distribuía parte de los salarios de estos funcionarios; y el tercero estaba conformado por quienes entregaban sus remuneraciones".
Sobre la base de esas evidencias, la Fiscalía requirió la apertura del secreto bancario de 86 personas y 9 empresas. Entre estos se cuentan Flavio Bolsonaro y cinco asesores que llegaron a trabajar al mismo tiempo en el gabinete de Jair Bolsonaro, cuando este era diputado federal, y en el de su hijo Flavio.
El presidente brasileño se defendió: "Desde el principio de mi mandato estuvieron todo el tiempo atrás mío, quebraron el secreto bancario de una ex pareja mía, de la que estoy separado hace 11 años". Se refería a Ana Cristina Siqueira Valle, su anterior esposa.
Su hijo Flavio, objeto de esta investigación desde diciembre último, intentó paralizar la causa, primero con un recurso ante el Tribunal de Justicia de Río, que denegó el pedido, y luego ante la Corte Suprema que también rechazó la demanda.
Indagado por los periodistas, a la salida del hotel en Dallas, el presidente abundó: "Grandes sectores de la prensa, aquella que ustedes integran", dijo a los profesionales, "no están satisfechos con mi gobierno, que es un gobierno de austeridad, un gobierno responsable con el dinero público, y un gobierno que no va a mentir y no va a aceptar negociaciones. ¡Punto final!".
El gobernante, que cursa su quinto mes en el Palacio del Planalto (en Brasilia), tuvo que enfrentar varias dificultades desde el inicio.
Gran parte de los problemas se originaron en las diferencias planteadas entre sectores del gobierno y sus propios hijos, que tienen una notoria influencia sobre el padre. Esta vez, volvió a defender a su descendiente "a capa y espada". Dijo a la prensa que la persecución es "una carga desproporcionada y descomunal" sobre su hijo Flavio.