No hay una sola voz entre los que luchan por un cambio político en Nicaragua que no haya manifestado su tristeza por el golpe que significó la noticia del traslado de monseñor Silvio Báez. Obispo auxiliar de Managua desde 2009, se convirtió en un emblema para los cientos de miles de manifestantes que desde abril del año pasado están en la calle pidiendo la renuncia de Daniel Ortega.
Báez, de 60 años, denunció una y otra vez la brutal represión policial y parapolicial, que dejó al menos 325 muertos, cientos de presos políticos y miles de exiliados. A diferencia de otros miembros de la jerarquía eclesiástica, que prefieren evitar la confrontación directa con el poder, este sacerdote con 34 años de experiencia sostiene que Nicaragua "vive desde hace muchos años en dictadura".
Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, el nuncio apostólico, comunicó este miércoles la decisión oficial de trasladar a Báez al Vaticano. "Yo no he pedido salir de Nicaragua, quiero dejar en claro que mi corazón ha estado siempre aquí, en mi tierra, en medio de mi pueblo", dijo el obispo tras conocer la decisión. "No sé lo que me espera, el papa solo me ha pedido que vaya". La salida se concretaría después de la pascua.
El anuncio dejó desconcertada a la opinión pública nicaragüense. Como ni la Iglesia ni el propio Báez revelaron por qué se resolvió el cambio, hay muchas dudas acerca de las motivaciones del papa Francisco.
Hay dos lecturas. La más extendida dentro de la población es que se trata de un manejo del nuncio, que en Nicaragua se ha visto cercano al régimen
"Hay dos lecturas. La más extendida dentro de la población es que se trata de un manejo del nuncio, que en Nicaragua se ha visto cercano al régimen, para retirar a una de las voces más críticas y autorizadas de Nicaragua contra el gobierno. La otra lectura es que se hace para protegerlo, porque había recibido amenazas de muerte. Lo cierto es que es muy duro para la oposición. Es un golpe emocional", dijo a Infobae el politólogo Umanzor López Baltodano, que forma parte de la articulación de movimientos sociales movilizados.
"Es muy difícil saber si el papa Francisco ha tomado la decisión —continuó—. Lo que está claro es que su representante en Nicaragua, el nuncio Sommertag, ha tenido muchos acercamientos con el régimen, asumiendo una posición equidistante en el conflicto, poniendo en igualdad de condiciones a opresores y oprimidos. En cambio, Báez ha denunciado siempre las violaciones a los derechos humanos, así que interpretamos que la decisión de su salida puede venir por ahí".
Asediado por una turba enardecida que quería ingresar a la Basílica San Sebastián en Diriamba, fui herido, golpeado en el estómago, me arrebataron las insignias episcopales y agredido verbalmente. Estoy bien gracias a Dios. Se liberó la basílica y a quienes allí estaban. pic.twitter.com/9qTgugBjic
— Silvio José Báez (@silviojbaez) July 9, 2018
Edmundo Jarquín, ex candidato a presidente por el opositor Movimiento Renovador Sandinista, coincidió en que la noticia generó hipótesis enfrentadas. "Se han hecho diversas interpretaciones. Desde que es una forma de protegerlo ante las amenazas de asesinato que recibió, hasta que sería una muestra de complacencia con el régimen de Ortega, dado que Báez era un eminente crítico desde su posición como miembro de la jerarquía de la Iglesia Católica", explicó en diálogo con Infobae.
El clérigo reveló en numerosas ocasiones haber sido blanco de intimidaciones. "La cantidad de amenazas por teléfono son incontables, he cambiado mi número cuatro veces en menos de un año", dijo recientemente. Además, contó que en los últimos meses hubo "continuamente drones encima" de su apartamento.
Seguramente, el Papa tomó la decisión para proteger su vida, porque había recibido amenazas creíbles
"Seguramente, el Papa tomó la decisión para proteger su vida, porque había recibido amenazas creíbles", dijo Jarquín, que culpó al gobierno por la salida del religioso. "Esto forma parte del mismo patrón de exclusión política a partir del cual se les negó el derecho al voto a los nicaragüenses. Es la misma lógica".
Tiempo atrás, Báez confesó que había sido alertado de que grupos armados cercanos al régimen planeaban matarlo. La embajada estadounidense lo llamó en julio del año pasado para informarle que tenían, según sus palabras, "plena certeza de que había un plan" para asesinarlo. "Incluso me dijeron en dónde podía ser y cómo podían estar vestidos los que iban a tomar la acción".
En el apogeo de las protestas y de la represión gubernamental, el obispo fue atacado por seguidores de Ortega, que entraron a la iglesia en la que se encontraba y le provocaron un corte con un arma punzante en un brazo. "Asediado por una turba enardecida que quería ingresar a la Basílica San Sebastián en Diriamba, fui herido, golpeado en el estómago, me arrebataron las insignias episcopales y agredido verbalmente", contó en su cuenta de Twitter, donde compartió imágenes que recorrieron el mundo.
"Tenemos un gran respeto por Báez. Lo último que nos comunicó es que esta era una decisión del Papa, que no era algo que él pidió, pero que lo respetaba. Entonces, nosotros también lo respetamos. Nos da mucha tristeza, pero esperamos que sea para mejor", dijo a Infobae Alejandra Centeno, vocera de la Coordinadora Universitaria y miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que reúne a las principales organizaciones que impulsan las protestas.
La joven dirigente coincidió con la segunda explicación. "Quizás es por su seguridad. Él contó que había sido víctima de un plan de asesinato en su contra, así que esto es para protegerlo", dijo.
Quizás es por su seguridad. Él contó que había sido víctima de un plan de asesinato en su contra, así que esto es para protegerlo
Por otro lado, ambos confían en que Báez siga siendo importante para la causa nicaragüense. Si bien estará más lejos de los acontecimientos, estará más cerca del centro de operaciones de la Iglesia Católica, donde se toman las decisiones más importantes.
"Hay que recordar que Báez sigue siendo obispo de la Arquidiócesis de Managua —dijo Jarquin—. Lo reiteró en varias ocasiones el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal. Así que hará sentir su voz y su influencia en los futuros pronunciamientos".
"Por la persona que es Báez, por todo lo que ha hecho, creo que va a interceder por el pueblo de Nicaragua en el Vaticano. Reconocemos todo el trabajo que hizo, y eso no va a cambiar", sostuvo Centeno.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: