El ex presidente de Brasil, Lula da Silva, preso tras una condena por corrupción, demandó que la Justicia respete el debido proceso contra el ex gobernante Michel Temer, arrestado en el marco de la causa Lava Jato.
"Instituciones poderosas como el Ministerio Público y la Policía Federal no pueden hacer espectáculo. Sea Temer o sea Lula. Sea (ex presidente) Fernando Henrique Cardoso o sea (actual presidente Jair) Bolsonaro. Nadie puede ser detenido sin el debido proceso legal", señaló Lula, líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Presidente entre 2003 y 2019, Lula está preso en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba desde 2017 purgando una condena en segunda instancia por corrupción y lavado de dinero en el marco de la causa Lava Jato. Lula también purga otra condena por corrupción, de 12 años y medio, publicada este año por la una jueza de primera instancia de Curitiba.
El jueves fue arrestado un enemigo político de Lula, Michel Temer, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), por orden del juez Marcelo Bretas, a cargo de la causa Lava Jato en Rio de Janeiro.
Ese magistrado de primera instancia federal dispuso la prisión preventiva de Temer y otros nueve sospechosos de ser parte de una "asociación delictiva" que operó durante cerca de cuatro décadas.
Los abogados de Temer presentaron un pedido de habeas corpus ante el Tribunal Regional Federal II, de la segunda instancia de Rio de Janeiro.
Temer pasó el jueves su primera noche en prisión. El ex mandatario, de 78 años, se encuentra en una sala "especial" de unos veinte metros cuadrados en la Superintendencia Regional de la Policía Federal de Río de Janeiro, situada en la zona portuaria de la ciudad.
La sala, ubicada en el tercer piso del edificio, no tiene ventanas, pero cuenta con baño privado y aire acondicionado, según señaló el Grupo Globo.
En un principio iba a ser conducido a una prisión de la Policía Militarizada en la localidad de Niteroi, en la región metropolitana de Río, pero sus abogados pidieron a la Justicia que fuera recluido en la sede policial por tratarse de un ex presidente.
La defensa comparó su situación con la de Lula da Silva, quien cumple desde abril del año pasado una condena de 12 años de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero en la Superintendencia de la Policía Federal de la ciudad de Curitiba, en el sur del país.
Temer, que llegó a la Presidencia de Brasil a mediados de 2016 tras la destitución de Dilma Rousseff, de quien era su vicepresidente, recibió en la misma noche del jueves la visita de un importante aliado, Carlos Marun.
Marun, quien fue ministro de la Secretaría del Gobierno de Temer, dijo a los periodistas que el ex mandatario se encuentra, "muy triste", "sorprendido" e "indignado", y que, como abogado constitucionalista, "sabe de la absoluta improcedencia" e "ilegalidad" de su prisión preventiva.
No obstante, prosiguió el ex ministro, Temer "mantiene su confianza en la Justicia y espera que su situación se "revierta lo más rápido posible".
Con información de ANSA y EFE
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