La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2019 (LEO, por sus siglas en inglés) en Buenos Aires, durante la Segunda conferencia de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur (PABA +40). La investigación revela cuatro nuevas "trampas del desarrollo" que enfrenta la región: la vulnerabilidad social, la baja productividad laboral, la escasa confianza en las instituciones y las amenazas ambientales.
A juzgar por las estadísticas del PIB, asegura la OCDE, la región ha realizado un progreso innegable desde la década de los noventa: "El ingreso per cápita regional ha aumentado aproximadamente en un 50 %. La mayoría de los países han pasado de ser economías de bajos ingresos a ser ahora países de ingreso medio-alto. Algunos han pasado incluso de ser países de ingreso medio a economías de ingreso alto, como es el caso de Argentina, Chile, Panamá, Trinidad y Tobago y Uruguay; mientras que otros, como Costa Rica o México, lo harán en los próximos años".
Sin embargo, "el incremento en los ingresos nacionales en países de América Latina y el Caribe no se ha traducido automáticamente en mayores niveles de bienestar para todos los habitantes de la región. Además, las disparidades existentes en niveles de bienestar entre países de la región con un mismo nivel de ingreso per cápita siguen siendo importantes. Ciertos desafíos, como el impacto desproporcionado del cambio climático, las desigualdades y otras vulnerabilidades aún persisten o están en aumento", manifestó Neven Mimica, Comisario Europeo.
"Tras el final del auge de las materias primas de los años 2000, el crecimiento del PIB potencial ha sido menor de lo esperado. Un contexto mundial menos favorable está agravando los retos estructurales de la región, como el lento crecimiento de la productividad", explicó Pablo Sanguinetti, Vicepresidente de Conocimiento de CAF.
El informe clasifica estos retos como cuatro nuevas trampas del desarrollo, que están interrelacionadas en el contexto actual de América Latina y el Caribe:
1. Vulnerabilidad social: el 40 % de la población de América Latina y el Caribe (ALC) se encuentra actualmente en riesgo de regresar a una situación de pobreza. Esta "clase media vulnerable" está atrapada en un círculo vicioso que incluye empleos de baja calidad, escasas competencias e ingresos inestables.
2. Baja productividad laboral: en los últimos treinta años, la producción por trabajador se ha mantenido estancada en el 40 % del nivel de la Unión Europea.
3. Escasa confianza en las instituciones: el 64 % de los latinoamericanos manifiestan no tener ninguna confianza en su gobierno, más de una tercera parte no están satisfechos con la educación brindada en el país y más de la mitad no están contentos con la atención médica que reciben.
4. Amenazas ambientales: ALC posee el 40 % de la biodiversidad del planeta y tiene una de las huellas ecológicas más bajas del mundo; sin embargo, sufre buena parte de las consecuencias de la inacción colectiva a escala mundial. Un ejemplo notable son los recientes desastres naturales ocurridos en el Caribe.
Evitar estas cuatro trampas requiere reformas enérgicas
"Evitar estas cuatro trampas requiere reformas enérgicas. Es necesario mejorar las capacidades públicas y el diálogo público-privado para poder identificar prioridades en materia de políticas y coordinarse entre ministerios, mediante la adopción e implementación de una nueva generación de planes nacionales de desarrollo", afirmó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
"Tenemos que estar atentos a nuestra cooperación con estos países a fin de asegurarnos de que nadie se quede atrás", agregó Neven Mimica, Comisionado Europeo.
El informe propone tres prioridades para renovar la cooperación internacional "como facilitadora para el desarrollo": formar alianzas multilaterales entre países con todo tipo de nivel de ingresos, tratando a todos como socios en igual condición y aprovechando sus distintas contribuciones. Promover estrategias de desarrollo nacional y local para el desarrollo sostenible que incluyan las crecientes interrelaciones entre desafíos y oportunidades nacionales y globales. Y ampliar las modalidades de cooperación e incluir el intercambio de conocimientos, los diálogos multilaterales en materia de políticas, el fortalecimiento de las capacidades y la cooperación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología y la innovación.
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