El senador Jorge Larrañaga busca nuevamente ser el candidato del Partido Nacional a la presidencia de Uruguay. Este veterano político se enfrentará otra vez a Luis Lacalle Pou, en una interna que tiene otros contendientes como el empresario Juan Sartori. En diálogo con Infobae, Larrañaga sostuvo que el gobierno del Frente Amplio es "un proyecto agotado" tras 15 años en el poder y un fracaso en el control de la corrupción. Opina que en Venezuela hay una dictadura y vincula la posición del Frente Amplio y el gobierno en este tema con "negocios del pasado". También manifestó que el Partido Nacional mantendrá su neutralidad política en los asuntos internos de Argentina, frente a las elecciones de este año, a la vez que se debe refundar el Mercosur.
– A su entender, ¿Cómo llega el gobierno del Frente Amplio a las elecciones tras quince años en el poder?
-El proyecto del Frente Amplio se agotó. Es un proyecto agotado porque sus candidatos no pueden ofrecer para los próximos cinco años, lo que habiendo tenido 15 años para hacer, procesar, ejecutar y cumplir, no hicieron. En virtud de esto creemos que es necesario un cambio radical en el país. La gente lo está reclamando y por eso creo que las posibilidades del Partido Nacional de llegar al gobierno son muy importantes. Fácil no hay nada, pero hoy la alternativa de cambio al Frente Amplio, indiscutiblemente se llama Partido Nacional y pretendo ser el candidato del cambio.
– Ante las denuncias sobre casos de corrupción ¿como estima el Partido Nacional que va a encontrar la administración pública a nivel general si llega al gobierno?
-El Frente Amplio fracasó también en el control de la corrupción, porque la tuvo en el gobierno y en el manejo de las empresas públicas. Prueba de ello es que por primera vez en la historia democrática de Uruguay, un vicepresidente (Raúl Sendic) renuncia y fue procesado por la justicia penal. También hay un mal manejo de la administración pública y un peor manejo de las empresas estatales que en algunos casos son monopólicas.
– Su agrupación política (Alianza Nacional) y grupos de ciudadanos, lograron recolectar más de 400 mil firmas para impulsar una reforma constitucional sobre seguridad. ¿Cual su evaluación sobre este proceso?
-Pretendo ser no sólo el candidato del cambio sino también de la reforma constitucional por la seguridad. Queremos un muy fuerte cambio en materia de seguridad pública, donde con nuestro proyecto de reforma introducimos cumplimiento total de las penas por parte de los delincuentes que cometan delitos graves o gravísimos, sin descuento de años como sucede actualmente. Pena de reclusión permanente revisable a los 30 años para delitos aberrantes, allanamientos nocturnos con orden del juez y la creación de una guardia nacional compuesta por efectivos militares con funciones policiales y cumplimiento de la ley de procedimiento policial.
– ¿Más allá de la seguridad, cuál piensa que es el principal problema de Uruguay hoy en día y que tiene que hacer el Partido Nacional inmediatamente si asume el gobierno?
-Hay un mix de problemas. El Frente Amplio fracasó en las políticas sociales, en la educación, en la seguridad. El principal tema a abordar hoy de manera urgente es el empleo, con una política que genere inversión, desarrollo e inclusión social. Este sin duda es el punto uno. El punto dos es retomar el mando republicano de la educación pública, sacando esa conducción que tienen los corporativismos gremiales de la educación y un tercer punto es combatir la delincuencia que lamentablemente tenemos con una tasa de homicidios de 11,7 cada 100 mil habitantes, lo cual duplica a Argentina y triplica a Chile.
-¿Cómo observa el surgimiento de candidatos "outsider" de la política, entre ellos la posible candidatura del ex comandante en jefe del ejército, Guido Manini Ríos o dentro del propio Partido Nacional con Juan Sartori?
– Que salten a la arena política y que trabajen procurando ganarse el respaldo de la gente. En democracia no se puede coartar ser elegible.
– Y usted en particular, en caso de que no logre la candidatura del Partido Nacional a la presidencia, ¿podría aceptar participar en la fórmula como vicepresidente?
-Mi objetivo único y fundamental es ser candidato único del Partido Nacional para ser presidente de todos los uruguayos.
El caso Venezuela
– ¿Cual es su posición sobre lo que ocurre en Venezuela y qué visión tiene al observar el accionar del gobierno de Tabaré Vázquez en este tema?
-En Venezuela hay una dictadura y no se puede calificar de otra manera. A las dictaduras hay que voltearlas y no puede haber neutralidad, porque la neutralidad termina siendo complicidad. La política internacional de Uruguay con respecto a Venezuela la lamentamos la mayoría de los uruguayos. Es un pueblo que sufre una dictadura con muertos, presos políticos, con hambre, con migración y con una apropiación de los recursos públicos.
– Entonces, a su entender, ¿por qué el gobierno ha decidido mantenerse neutral frente a lo que ocurre en el país caribeño?
-Las relaciones comerciales, entre Uruguay y Venezuela, fueron contaminadas por las relaciones políticas y entraron en una suerte de camino ideológico en el cual hubo situaciones que no han sido transparentes en la relación bilateral. Hay casos como la permuta de petróleo por alimentos y otros negocios que arrancaron con Chávez y siguieron con Maduro. Entonce el gobierno quedó preso, seguramente, de favores recibidos por parte de Venezuela y los sectores más radicales dentro del Frente Amplio terminaron inmovilizando al gobierno y al propio Frente Amplio con respecto a Venezuela. Y eso es lo que explica la posición del gobierno. Es increíble que algún precandidato a la presidencia por el Frente Amplio termine diciendo que Venezuela es una democracia y que no se animen a condenar esa dictadura.
La relación con Argentina
– En Argentina también estamos en un año electoral. ¿Cómo ve el futuro relacionamiento de un gobierno del Partido Nacional, con un gobierno ya sea del actual presidente Macri o de otro sector político?
-Proyectamos tener excelentes relaciones con Argentina. Las relaciones más allá de las inclinaciones políticas de los gobiernos tienen atrás una historia riquísima de hermanamiento, no solo con Argentina, sino también con Brasil y Paraguay. Un gobierno nuestro va a tener, sin la mínima duda, una excelente relación con Argentina. Un país chico como Uruguay no puede anteponer prejuicios ideológicos políticos por encima de los intereses de sus habitantes y por encima del interés nacional. Esto es básico y el Partido Nacional no interviene en los procesos políticos de otros países. No emitimos pronunciamientos sobre tal o cual candidatura en ningún país. Y eso es una base de neutralidad hacia las contingencias políticas democráticas de los países.
– Y dentro del Mercosur ¿cuál es su posición frente a quienes plantean una mayor apertura de Uruguay hacia el mundo con acuerdos de libre comercio y no depender tanto de la región?
-El Mercosur se tranco por los prejuicios ideológicos de sus presidentes, que priorizaron lo político por encima de los intereses de sus países. Y el Mercosur quedó vaciado. Ahora tenemos que refundar el Mercosur y a partir de eso, Uruguay como nación libre, no se debe amputar a posibles tratados de libre comercio con el mundo. Y en esto tenemos que avanzar y ojala podamos hacerlo desde el bloque regional. Este es un camino indispensable, fundamental y donde se deben sincerar las relaciones dentro del Mercosur.
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