Julio María Sanguinetti se lanza a la presidencia de Uruguay: "La dictadura venezolana cada día va cayendo más en una degradación moral"

A los 83 años, el dirigente del Partido Colorado presentará este viernes su candidatura. En entrevista con Infobae, habló de por qué buscará su tercer mandato, la salida a la crisis venezolana y su opinión sobre el Gobierno de Mauricio Macri

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El uruguayo Julio María Sanguinetti
El uruguayo Julio María Sanguinetti asegura que es necesario un gobierno de coalición para su país

El ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti (Partido Colorado) volverá a pugnar por la primera magistratura de su país. El anuncio oficial será realizado este próximo viernes en horas del mediodía en una conferencia de prensa, donde expondrá cuáles son sus principales proyectos en caso de volver a ser presidente. Según la última encuesta de la consultora Factum (enero), dentro del Partido Colorado, Sanguinetti predomina claramente con el 59% de las preferencias, en segundo lugar se encuentra el economista Ernesto Talvi con 24% y tercero el actual senador José Amorín Batlle con 17%.

Horas antes de este anuncio, Sanguinetti, dos veces primer mandatario (1985-1990 y 1995-2000), dialogó con Infobae, y entre otros conceptos dijo que Uruguay se encamina a un gobierno de coalición, tras las elecciones de este año. En materia internacional sostiene que para sacar a Nicolás Maduro del poder en Venezuela "no hay otro camino que la asfixia económica, financiera, política y diplomática" y dijo que "la dictadura cada día va cayendo más en una degradación moral".

Sobre el presidente Macri sostuvo que "cometió un error de optimismo" al no decirle a Argentina en qué situación había heredado la primera magistratura, tras el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

-¿Cómo ve su futuro dentro de la política uruguaya de cara a las elecciones?
-El Partido Colorado, que ha sido históricamente el partido de gobierno en Uruguay y que gobernó tres veces luego de la salida de la dictadura, cayó en los últimos tiempos en una situación muy difícil. Su candidato a la presidencia , el doctor Pedro Bordaberry se retiró, generándose una situación de vacío que no se llenó. Eso hizo que mucha gente me viniera a pedir que retornara a la actividad. Lo hice en el entendido de que no era una candidatura, de que íbamos a salir a expresar nuestras ideas y en función de eso más tarde se vería quién pudiera ser el candidato.

-¿Qué era lo que lo motivó a tomar este paso de volver a la actividad partidaria?
-Fueron dos cosas. La primera era retornar al Partido Colorado a la posición de decisión electoral. La segunda era instalar la idea de un gobierno de coalición, habida cuenta que en la oposición nadie podía alegar la posibilidad de un 40 o 45 por ciento en la elección. Hoy varios meses después de ese trayecto que iniciamos, nos encontramos con que hemos avanzado mucho en ambas cosas.

-¿Cómo ve al Partido Colorado tras este proceso?
-Reposicionado y nadie duda que es la pieza decisiva en la decisión electoral. Y en segundo lugar la idea de un gobierno de coalición se ha ido instalando cada día con más fuerza. Hablando ahora de temas de Latinoamérica. La situación en Venezuela es cada vez más compleja.

-A su entender ¿cuál es la salida para ese país?
-La dictadura venezolana cada día va cayendo más en una degradación moral. El tema dejó de ser político. Primero fue humanitario por la crisis social y económica que se ha desatado ene se país. Ahora ya es ética, porque prender fuego camiones con medicamentos y alimentos es difícil de concebir en una mente normal. Está claro que Maduro intenta sostenerse como pueda y también está claro que resistirá todo lo que pueda y que solo con una presión muy fuerte abandonará el poder o abrirá el espacio electoral que se le está reclamando.

Prender fuego camiones con medicamentos y alimentos es difícil de concebir en una mente normal

-¿Y se puede llegar a una salida pacífica?
-El todavía tiene en la mano posibilidades pacíficas, que es la de iniciar un cronograma de salida, que sería lo sensato. Se fijan hoy precondiciones y dice: punto uno, reconozco la competencia de la Asamblea Nacional, punto dos, estoy dispuesto a que haya una elección acortando mi mandato. De esa manera se abre un espacio donde se pueda discutir el tiempo, el momento y las garantías. Es lo que ocurre normalmente en un período de transición. Desgraciadamente el (Maduro) está cerrado, aferrado a la idea de mantener todo su poder, seguir profundizando su fracaso y haciendo cada día las cosas más difíciles.

-¿Cuáles serían entonces frente a esta situación, las medidas a tomar por la comunidad internacional?
-No hay otro camino que la asfixia económico, financiera, política y diplomática. No es concebible pensar en una acción militar, porque cualquier intervención militar foránea sería una tragedia, no solo para Venezuela sino para toda América. Esa es la única opción que no se puede concebir. Con la presión, creo que llegará un día en que dentro de la propia estructura del chavismo haya un espacio de sensatez que trate de buscar una salida pacífica.

-Mirando a la región ¿cómo observa el desempeño del gobierno del presidente Macri?
-Yo diría que el gobierno Macri sigue significando para la Argentina una versión republicana y democrática que los gobiernos Kirchner pusieron en suspenso. Hay libertad, hay libertad de prensa y una administración honesta. Son valores muy importantes. A partir de allí se abre el debate de sus políticas económicas fundamentalmente, que es lo que lo ha puesto en cuestión. A mi juicio cometió un error de optimismo, que fue no arrancar su gobierno exponiendo el fracaso formidable que era la situación económica generada por el gobierno de Cristina y tomar en aquel momento las medidas que aconsejaba esa situación. Digamos que lo mismo que hizo con el tipo de cambio y la deuda externa, lo debió haber hecho con todo.

Macri cometió un error de optimismo pero sigue significando para la Argentina una versión republicana y democrática que los gobiernos Kirchner pusieron en suspenso

-¿Y por qué según usted no lo hizo?
-Comprendo las razones. No quiso agredir al peronismo, ni armar una campaña que quizás no unificará. Pecó del optimismo de pensar que la reacción de los mercados iba a ser más positiva. Con todo, creo que sigue significando, ante el posible retorno kirchnerista, una opción democrática que desde el Uruguay seguimos mirando con simpatía. Los gobiernos de Cristina fueron nefastos para Uruguay. Agresivos. Agredieron nuestros puertos, agredieron nuestro comercio, más allá de lo que significó para la vida en Argentina.

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