(Cortesía Telemundo 51)
El crucero Grand Classica, que salió de West Palm Beach, en Estados Unidos, rumbo a La Habana, como un viaje para cubanos residentes en la Florida que se reecontrarían con sus familiares y pasarían tres días en alta mar, no pudo atracar. Según denunciaron en las redes sociales algunos de los pasajeros a bordo, las autoridades de Cuba le negaron el permiso. Luego de varias horas de negociaciones infructuosas, volvió a zarpar rumbo a Bahamas, con su puerto de origen como destino final.
El médico Yordi Santana publicó un video para denunciar la imposibilidad de reencontrarse con su familia en Cuba, "el país prohibido", como lo llamó. "El ministro de Transporte de Cuba le dijo al capitán que debía abandonar el territorio cubano", dijo el hombre, de origen cubano.
La oferta de la agencia de viajes Viva Travel y la compañía de cruceros Bahamas Paradise estuvo dirigida a cubanos, muchos de ellos médicos que abandonaron su país mientras estaban en misión en el extranjero. Los viajeros pagaron USD 599 y, por un costo adicional de USD 499 por cada familiar que invitaban, podían reencontrarse a bordo con sus seres queridos, siempre que tuvieran su pasaporte.
Aunque la tripulación informó mediante los megáfonos que se había llegado a un acuerdo verbal con las autoridades de migración para atracar en el puerto de La Habana, el presidente de Viva Travel, Peter Regalado, a bordo del crucero, emitió un comunicado señalando la imposibilidad de hacerlo.
"Hace unas horas, las autoridades de Cuba nos pidieron que abandonemos las aguas cubanas y cancelemos de inmediato nuestra escala en el puerto de la Habana", indicó Regalado. "Cuba se ha retractado de su acuerdo al evitar que el barco llegue a puerto sin tener en cuenta los gastos incurridos para viajar en crucero desde Estados Unidos a La Habana. Esta ha sido una experiencia horrible", agregó. "Los oficiales cubanos que llegaron a bordo informaron que nuestra visita se había cancelado sin una razón válida, ya que toda la documentación estaba en orden antes de nuestra partida. Esto es una excusa para evitar la entrada que previamente estaba autorizada por el gobierno cubano".
El viaje consistía en un crucero que salía de la Florida, llegaba a La Habana, donde los pasajeros recogían a sus familiares, y navegaba tres días en alta mar, con actividades y música del reggaetonero El Micha. Los familiares no tenían que solicitar visa de terceros países, ofrecía el paquete armado por San Valentín, ya que no tocarían otro puerto.
"Se supone que el barco debía llegar temprano. Nos tienen en las afueras de la costa, desde aquí vemos La Habana", dijo otro de los pasajeros. En otro video se ve a una pasajera mientras explica que la agencia no había asegurado por escrito que pudieran bajar en La Habana, momento en que las personas que la escuchan estallan de ira.