Campera de cuero o saco informal adornado con un pañuelo. Jean y remera. Anteojos de sol o gorra con visera. Barba prolijamente recortada y el celular siempre a mano para una selfie o un tuit.
Nayib Bukele no sólo es el primer presidente millennial de América por haber nacido en 1981 y tener 37 años. Su imagen personal fue cuidadosamente construida para que parezca un miembro de esa generación.
El contraste con los políticos tradicionales salvadoreños no podría ser más grande. Sobre todo con el mandatario saliente, el desprestigiado Salvador Sánchez Cerén. De 74 años, y miembro histórico del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), es el arquetipo del viejo líder populista de izquierda.
El contrapunto entre esas dos imágenes tan opuestas permite entender que un dirigente que hace un año no tenía partido político haya logrado arrasar en los comicios del pasado domingo, con el 53,1% de los votos. Segundo con el 31,7% quedó Carlos Calleja, de ARENA, el partido de los sectores conservadores, que gobernó ininterrumpidamente entre 1989 y 2009. Con 14,4% terminó Hugo Martínez, el postulante del FMLN, que cumplió diez años en el poder.
"Las principales razones del triunfo de Bukele son la extendida desafección política de buena parte de los salvadoreños, resultado del descrédito y de los bajos niveles de confianza en los partidos, y la agudización de los problemas económicos y de seguridad en la última década. El hartazgo y el repudio han generado un sentimiento antisistema que está movilizando a los electores hacia opciones políticas alternativas o hacia el apartidismo", explicó Jeannette Aguilar, investigadora especializada en políticas de seguridad ciudadana, consultada por Infobae.
El hartazgo y el repudio han generado un sentimiento antisistema que está movilizando a los electores hacia opciones políticas alternativas o hacia el apartidismo
Lo interesante es que pocos en El Salvador saben realmente cuáles son los planes de Bukele, porque no dijo casi nada durante la campaña. Su capacidad para posicionarse como candidato perece directamente asociada a su conocimiento del mundo de la publicidad, ya que dirigió una importante empresa del sector antes de incursionar en política. Y pudo trasladar muchas herramientas de un ámbito a otro, para venderse a sí mismo.
Pero en todo momento evitó dar precisiones sobre su programa de gobierno, resumido a una serie de mensajes más o menos vagos acerca de la lucha contra la corrupción. La falta de definiciones conceptuales se vio reforzada por su negativa a participar de los debates preelectorales y por las pocas entrevistas que dio.
Entonces, el gran interrogante que tienen todos es cómo piensa encarar los mayúsculos desafíos que tiene el país. Con la mayor tasa de homicidios del mundo, un Estado con serias deficiencias institucionales, una economía muy precaria y millones de personas en la más absoluta pobreza, parece una misión casi imposible.
Una aparición que sacudió a la política salvadoreña
"Creo que hay dos factores que explican la victoria de Buekele en estas elecciones. El primero es la decadencia de los dos grandes partidos, que han perdido miles de votantes en los últimos años por no reformar su cúpula directiva, por haber promovido políticas de seguridad contraproducentes, que han costado la vida de decenas de miles de salvadoreños en los últimos 20 años, y por los numerosísimos escándalos de corrupción que han salpicado a muchos de sus dirigentes. En segundo lugar, creo que el perfil de Bukele como candidato joven, outsider político y empresario exitoso ha sido muy bien recibido en una sociedad que en su mayoría también es joven y se siente desconectada de los partidos", sostuvo Sofía Martínez, consultora para América Central del International Crisis Group, en diálogo con Infobae.
Apenas siete años de trayectoria política tiene el mandatario electo. Hasta 2011 era un joven empresario, bastante reconocido por su trabajo al frente de la empresa de publicidad que heredó de su padre.
Pero en 2012 decidió dar el salto y compitió por la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, un municipio que no llega a los 8.000 habitantes. Lo curioso es que, a pesar de mostrarse hoy como el rostro de la renovación, lo hizo como candidato del FMLN.
El perfil de Bukele como candidato joven, outsider político y empresario exitoso ha sido muy bien recibido en una sociedad que en su mayoría también es joven y se siente desconectada de los partidos
El triunfo le dio mayor exposición y llamó la atención de la dirigencia del partido, necesitada de cuadros jóvenes, adaptados al siglo XXI. Por eso, en 2015 le ofrecieron competir por el gobierno de la capital, San Salvador. Tras ganar las elecciones, se convirtió en una figura de alcance nacional.
Su gestión no estuvo exenta de controversias y terminó peleado con la cúpula del FMLN, temerosa de un joven ambicioso que podía terminar adueñándose del partido. En septiembre de 2017 protagonizó su mayor escándalo. Xochilt Marchelli, síndica de San Salvador y miembro del FMLN, pero enfrentada con él, lo denunció por agresión física y verbal luego de un cruce en una sesión del Consejo capitalino.
"Me dijo 'sos una maldita traidora, bruja', y me tiró una manzana", aseguró Marchelli. Bukele negó la acusación, pero la dirección del FMLN lo expulsó al mes siguiente "por violentar los principios del partido".
Apenas dos semanas más tarde, Bukele anunció a través de Facebook la creación de su propio partido, Nuevas Ideas. Entonces comenzó un complejo proceso para lograr su inscripción, paso necesario para que pudiera presentar una candidatura presidencial.
Ante la imposibilidad de reunir los requisitos a tiempo, el ex alcalde dio otro giro polémico: anotó su postulación en la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), un desprendimiento de ARENA bastante cuestionado. En las presidenciales de 2014 había formado parte de la coalición que impulsó el regreso al poder de Elías Antonio Saca, presidente entre 2004 y 2009, que terminaría siendo arrestado en 2016 por actos de corrupción cometidos durante su gobierno.
Desde que salió de la guerra civil, se calcula que más de 90.000 salvadoreños han perdido la vida por la violencia criminal
Consciente de que GANA podía ser un lastre, Bukele hizo todo los posible por no mencionarlo y trató de evitar mostrarse junto a sus principales dirigentes. Sencillamente lo usó como un instrumento para su candidatura, lo que evidencia que su proyecto es unipersonal.
Como tantos otros políticos exitosos en los últimos años, el publicista suplió la carencia de estructura partidaria con un uso intensivo y novedoso de las redes sociales, su canal predilecto de comunicación con el electorado. Los comicios salvadoreños volvieron a demostrar que son una herramienta con un potencial incalculable.
Los grandes desafíos que enfrenta Bukele
El flamante presidente electo tiene enormes retos por delante. Ninguno, comparable a la violencia que desgarra a El Salvador desde hace varias décadas.
El país nunca se recuperó plenamente de la guerra civil, que dejó más de 70.000 muertos y 8.000 desaparecidos entre 1980 y 1992. Cuando el Gobierno y las guerrillas agrupadas en el FMLN firmaron los Acuerdos de Paz de Chapultepec, la violencia política cedió, pero paulatinamente fue reemplazada por la criminal.
"Desde que terminó la guerra civil, se calcula que más de 90.000 salvadoreños han perdido la vida por la violencia criminal —dijo Martínez—. Y después de 20 años de políticas de seguridad de mano dura, que solo han empeorado la situación, no tenemos ni idea de lo que Bukele quiere hacer para acabar con las pandillas, que están detrás de gran parte del problema. Que yo sepa, ni él ni su equipo tienen un plan de gobierno sobre este tema, más allá de que es importante la prevención y la atención a los jóvenes, que son las principales víctimas y perpetradores de los asesinatos".
Bukele no precisó cómo enfrentaría los grandes retos del país, especialmente el de la criminalidad
En 2017 fueron asesinadas 3.954 personas. Con 60,1 homicidios cada 100.000 habitantes, El Salvador tiene la tasa más elevada del mundo, según datos del Instituto Igarapé.
El actor estelar de esta trama es la Mara Salvatrucha, o MS-13, nombre que nuclea a un conjunto de organizaciones criminales que surgieron en la comunidad salvadoreña de Los Ángeles, y que luego se expandieron por toda Centroamérica. Su penetración territorial y su poder de fuego en el país es tan grande que muchos creen que los principales políticos evitan enfrentarse abiertamente a estos grupos por temor a las represalias.
"Bukele no precisó cómo enfrentaría los grandes retos del país, especialmente el de la criminalidad. Sin embargo, dio pistas en algunas áreas", dijo a Infobae Héctor Samour, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Centroamericana de San Salvador. "Destacó dar prioridad a la prevención por sobre la represión, mediante el desarrollo socioeconómico de las comunidades donde se asientan las pandillas, y dotar de mejores recursos a la policía para la investigación de los delitos. Fue muy crítico con las violaciones a los derechos humanos cometidas por soldados y policías, y con la conformación de grupos de exterminio".
De todos modos, las múltiples ambigüedades que distinguieron a Bukele a lo largo de su carrera hacen verdaderamente imposible saber qué estrategia va a seguir. Sobre todo, por las contradicciones que hay entre algunos elementos de su discurso y lo que sostuvieron siempre sus aliados de GANA.
"Existe preocupación en sectores académicos y de derechos humanos sobre el rol de GANA en la conducción de la seguridad pública —dijo Aguilar—. Uno de los principales dirigentes de este partido ha favorecido y fomentado la existencia de autodefensas y grupos de exterminio, y ha llamado abiertamente a la ejecución de pandilleros, además de haber impulsado medidas para garantizar la impunidad de policías señalados por participar en estos hechos. Si consideramos el estilo populista de Bukele, hay un enorme riesgo de caer nuevamente en la trampa de soluciones efectistas o en falsas salidas para tranquilizar temporalmente el reclamo ciudadano".
Casi tan difícil de resolver es el otro gran desafío al que deberá hacer frente el mandatario: la reconstrucción de una economía que está postrada desde hace mucho tiempo. Con un PIB per cápita de 8.388 dólares, ocupa el puesto 28 de 32 en América Latina y el Caribe. Además, es una de las naciones con menor desarrollo humano de la región —está 27 de 32—.
Uno de los principales dirigentes de GANA favoreció la existencia de autodefensas y grupos de exterminio, y ha llamado abiertamente a la ejecución de pandilleros
"El reto económico es, en cinco años, consolidar un gobierno con capacidad de interlocución con los empresarios, superar la máscara antiempresarial con un acuerdo entre el Estado y el sector privado. Para generar confianza, fomentar la producción nacional, la inversión y garantías jurídicas. También tendría que disminuir la deuda externa que aumenta cada año sus intereses. Sólo debería proseguir con los programas sociales de alivio a la pobreza que hereda del Banco Mundial", dijo a Infobae el sociólogo José Eduardo Sancho, investigador de la Universidad Francisco Gavidia y ex miembro de la delegación del FMLN en los Acuerdos de Chapultepec.
La escasa capacidad del país para generar riqueza se traduce en condiciones de vida precarias para la mayoría de la población. Según la CEPAL, que establece umbrales de pobreza bajos, el 28,3% de los salvadoreños son pobres, proporción sólo superada por Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Venezuela.
La combinación de violencia y miseria expulsa cada año a miles de personas. De acuerdo a los últimos datos publicados por la ONU, hay 1.559.924 salvadoreños viviendo en otros países —la mayoría, en Estados Unidos—, que representan un 24,5% de la población. Hace 20 años estaban en torno al 16%, lo que revela el deterioro material experimentado por el país.
"Frente a la crisis fiscal y el problema de la deuda, Bukele planteó una reforma impositiva progresiva y el combate a la evasión y a la elusión tributaria. Además, la construcción de un nuevo aeropuerto en el oriente del país, y de un tren que atravesaría todo el territorio, con el fin de dinamizar el transporte de personas y mercancías, y la economía en general", enumeró Samour.
Son todas propuestas paras las que no está claro cómo conseguirá financiamiento. Por otro lado, aún en caso de que obtuviera los recursos, difícilmente podrían aplicarse con eficacia si no hay una profunda reforma en el Estado, que tiene enormes dificultades para cumplir sus funciones, y que está atravesado por la corrupción.
Casi todos los ex presidentes han tenido serios problemas con la justicia. Al caso de Elías Antonio Saca se suman los de Mauricio Funes, que gobernó entre 2009 y 2014, y que debió pedir asilo en Nicaragua para no terminar preso; y el de Francisco Flores, presidente entre 1999 y 2004, que murió mientras investigaban si había malversado fondos donados para los damnificados del terremoto de 2001.
Es el único tema sobre el que Bukele se explayó en campaña. Fue el eje temático y dijo que impulsaría la creación de una comisión internacional contra la impunidad, como la que actúa en Guatemala. Para avanzar en esa dirección, necesitará el apoyo de la oposición en el parlamento.
"El mayor desafío de Bukele es ver si es capaz de gobernar sin partido ni aliados en la Asamblea legislativa —dijo Martínez—. Ganó bajo las siglas de GANA, un partido de derecha que estaba de capa caída y que prácticamente compró para poder usarlo como vehículo político en estas elecciones. Pero él no representa a GANA ni a sus votantes, si no a su movimiento Nuevas Ideas, que no tiene un solo diputado".
ARENA y sus aliados controlan la mayoría de la Asamblea con 49 bancas, seguidos por el FMLN con 23. GANA apenas tiene 10, y ni siquiera hay certezas de que lo vaya a acompañar en todas sus iniciativas.
"El problema fundamental de su gobierno radica en que no tendrá fuerza legislativa, y muchas de las medidas que propone necesitan de mayoría en la Asamblea. Tendrá que dialogar con los otros partidos para lograr consensos y apoyo para sus políticas. Pero también con los poderosos sectores empresariales, económicos y mediáticos", afirmó Samour.
Por último, Bukele deberá reposicionar a El Salvador en el escenario internacional, tras años de una alianza con el chavismo que ya no rinde como antes. En campaña condenó al gobierno de Nicolás Maduro y pidió por elecciones libres en Venezuela, Nicaragua y Honduras.
"Otro nudo gordiano es la diplomacia, que debe buscar equilibrios, ser activa y versátil. Un ejemplo sería desmontar el alineamiento político y económico con Venezuela, y la defensa de la alternancia democrática en América Latina. Costa Rica y Panamá tienen diplomacia de neutralidad y firmaron tratados con China. Tienen soberanía, pero no atacan a Estados Unidos y tienen intercambio comercial", concluyó Sancho.
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