El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, presentaba el domingo una "evolución clínica estable" pero seguía con una sonda nasogástrica debido a los mareos y vómitos sufridos el sábado luego de una operación para el retiro de su bolsa de colostomia que llevaba desde el atentado contra su vida en septiembre de 2018, informó el equipo médico del hospital.
Este lunes el periódico brasileño Veja informó que el intestino de Bolsonaro había comenzado a funcionar parcialmente, aunque el mandatario continuaba con la sonda nasográstrica. Se prevé que el alta podría llegar entre el miércoles y el jueves.
Seis días después del procedimiento que duró nueves horas, Bolsonaro se encuentra "sin dolor, sin fiebre y sin señales de infección", de acuerdo con el boletín médico divulgado el domingo por el Hospital Albert Einstein de Sao Paulo.
Asimismo, fue sometido a una "tomografía de abdomen, que descartó complicaciones quirúrgicas".
El boletín subrayó también que Bolsonaro realiza ejercicios de "fisioterapia respiratoria y motora en la habitación" y sigue con las medidas de prevención de trombosis venosa.
El sábado, el mandatario, quien asumió la Presidencia de Brasil el 1 de enero, sufrió "episodios" de náuseas y vómitos, por lo que los médicos le colocaron una sonda nasogástrica.
Según explicó el equipo médico en el boletín, Bolsonaro permanecía con la sonda este domingo, por lo que se mantiene en "ayuno oral" y cuenta con "nutrición parenteral exclusiva".
Por "orden médica", las visitas siguen "restringidas", aunque durante el día el líder de la ultraderecha brasileña estuvo acompañado de su esposa Michelle, y su hijo Carlos, quien ya había manifestado que su padre se había despertado "bien y animado" a través de las redes sociales.
Bolsonaro debe permanecer ingresado en el centro médico unos días más, aunque reasumió sus funciones presidenciales el miércoles pasado y, desde entonces, mantuvo diversos encuentros con su equipo y pasó a despachar desde el hospital
El presidente del país más grande de América Latina sufrió un atentado contra su vida el 6 de septiembre de 2018, cuando en plena campaña electoral un hombre lo apuñaló en el abdomen.
Sufrió entonces perforaciones en el intestino delgado y gruesa, y debió ser hospitalizado con una hemorragia interna. Aunque las operaciones fueron exitosas, Bolsonaro transitó la última parte de la campaña convaleciendo, y tras imponerse en los comicios y haber asumido ya como mandatario, aún se enfrenta a las secuelas.
Con información de EFE
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