El papa Francisco animó este jueves a los jóvenes de todo el mundo presentes en la ceremonia de bienvenida de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Panamá a seguir cultivando la "cultura del encuentro" para desautorizar a quienes siembran división y excluyen a los que "no son como nosotros".
El pontífice participó en la ceremonia de la JMJ celebrada en la Cinta Costera de Panamá y considerada la fiesta central de este acto católico que congregó a unos 200.000 jóvenes, entre ellos unas 85.000 peregrinos llegados de todo el mundo
Además, recordó que los jóvenes en la preparación de este evento han sido "verdaderos maestros y artesanos de la cultura del encuentro", una de las ideas que repite Bergoglio en sus discursos.
A estos jóvenes, sobre todo procedentes de Latinoamérica y muchos de ellos inmigrantes, alabó que "con sus gestos y actitudes, con sus miradas, sus deseos y especialmente con su sensibilidad desmienten y desautorizan todos esos discursos que se concentran y se empeñan en sembrar división, en excluir o expulsar a los que 'no son como nosotros'".
El comité organizador del evento informó este jueves que, hasta el miércoles, un total de 110.584 habían retirado sus acreditaciones de participación en la Jornada, que comenzó oficialmente el martes con una misa de bienvenida a los jóvenes peregrinos venidos de 150 países. Sin embargo el jueves la información oficial dio cuenta de unas 200.000 personas.
En una ceremonia protagonizada por las representaciones de los varios países y tradiciones con canciones y bailes, Francisco recordó que vienen de culturas y pueblos diferentes, hablan lenguas diferentes, pero que nada de ello le pidió encontrarse, sentirse felices y estar juntos.
"Y esto porque tienen ese olfato que sabe intuir que 'el amor verdadero no anula las legítimas diferencias, sino que las armoniza en una unidad", dijo citando una homilía de Benedicto XVI y pidió un fuerte aplauso para el papa emérito.
Encontrarse, dijo el pontífice desde el enorme palco en la Cinta Costera, "no significa mimetizarse, ni pensar todos lo mismo o vivir todos iguales haciendo y repitiendo las mismas cosas, escuchando la misma música o llevando la camiseta del mismo equipo de fútbol. No, eso no".
Francisco señaló que "la cultura del encuentro es un llamado e invitación a atreverse a mantener vivo un sueño en común. Sí, un sueño grande y capaz de cobijar a todos".
En esta JMJ #Panama2019 los invito a rezar juntos el Rosario de la Paz a través de @clicktoprayapp.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) January 24, 2019
Miles de personas aguardaron esta tarde bajo el ardiente sol panameño la llegada de Francisco al Campo Santa María La Antigua, un espacio habilitado con una gran tarima de 8 metros de altura y pantallas gigantes ubicado en el moderno paseo marítimo de la Ciudad de Panamá.
Francisco hizo recorrido en el papa móvil de 25 minutos entre la multitud, tras el cual fue recibido por cinco jóvenes de los cinco continentes que lo acompañaron en el ascensor que tomará para llegar a lo alto de la tarima.
El sumo pontífice recibió una artesanía indígena como obsequio de parte de deportistas panameños, escuchó los cantos de niños y tras estas y otras actividades de la ceremonia de apertura, comenzó su alocución, la primera ante los peregrinos de la JMJ.
Los miles de jóvenes que participaron del evento se movilizaron en metro, autobuses y a pie al campo Santa María la Antigua, como se bautizó al escenario de la jornada. Muchos tuvieron que hacer una larga cola de más de dos horas para poder ingresar.
"Faltó más organización", se quejó el colombiano Pedro Pérez, de 17 años de edad.
El joven, que estaba sentado en el suelo agotado, dijo que espera escuchar del papa "un mensaje de paz y de unidad entre todos los países". Llegó con un grupo de otros 60 chicos de Bogotá.
Francisco llegó a Panamá el miércoles, donde fue recibido por una multitud entusiasta que tomó varias calles de la capital acondicionadas para el paso seguro del papamóvil.
Este jueves en la mañana cumplió una agenda en el palacio de gobierno panameño, donde conversó en privado con el presidente del país, Juan Carlos Varela, para luego ofrecer un discurso ante personalidades política y sociales y reunirse también con los obispos centroamericanos.
A los obispos de Centroamérica, una región sumida en la pobreza y abatida por la violencia y el crimen organizado, les pidió que "roben" los jóvenes a la calle y a la cultura de la muerte, y que sean una Iglesia que esté cerca del sufrimiento de su gente.
El papa permanecerá hasta el próximo domingo en el país centroamericano, donde visitará un centro de menores en conflicto con la ley y se reunirá con los miles de voluntarios de la JMJ, además de participar en una vigilia y un viacrucis, entre otros actividades.
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