"El pueblo soberanamente decidió en ocasión del referéndum de 2005. Para garantizarles ese legítimo derecho a la defensa, yo, como presidente, voy a usar esta arma", afirmó Jair Bolsonaro al mostrar el bolígrafo con el que firmó el decreto que facilita la posesión de armas de fuego en el país.
El presidente brasileño habló en el Palacio del Planalto, en Brasilia. En su discurso se refirió al referendo celebrado en 2005 en Brasil, en el que el 63% de los brasileños votó a favor del comercio de armas en el país, tras la aprobación del Estatuto de Desarme.
"El pueblo decidió por comprar armas y municiones y nosotros no podemos negar lo que el pueblo quiso en ese momento", agregó el ultraderechista, en una ceremonia en la que también estuvieron presentes algunos de sus ministros, entre ellos el de Justicia y Seguridad Pública, Sérgio Moro.
El mayor acceso a la tenencia de armas ha sido una de las banderas de Bolsonaro, quien ha prometido mano dura contra la delincuencia en un país en el que tan sólo el año pasado fueron asesinadas 63.880 personas, una media de 175 por día.
La legislación actual ya permitía la posesión de armas a personas mayores de 25 años sin antecedentes penales y con una ocupación lícita, una vez que demostraran capacidad psicológica para su uso y justificaran su necesidad, un requisito que ahora será menos rígido. La medida, sin embargo, no flexibiliza portar armas en la calle.
En su investidura, el pasado 1 de enero, Bolsonaro reiteró su deseo de facilitar la posesión de armas a los "ciudadanos de bien", para que puedan defenderse y combatir al crimen en uno de los países más violentos del mundo.
De acuerdo con un sondeo publicado por el instituto Datafolha a finales del año pasado, el porcentaje de brasileños que considera que la tenencia de armas tiene que ser "prohibida por representar una amenaza a la vida de otras personas" creció desde el 55% en octubre hasta el 61% en diciembre.
Con información de EFE
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