El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, puso el miércoles manos a la obra para implementar su programa conservador y pese que en un principio los mercados operaron con prudencia, cerraron con un contundente respaldo al flamante Presidente.
La Bolsa de Sao Paulo operó durante la mañana en leve baja, pero después del mediodía invirtió la tendencia y ganaba 3,56% hasta llegar a los 91.012,32 puntos, un récord histórico. El real se reforzó frente al dólar, que se cotizaba a 3,853 reales, frente a 3,877 al cierre del viernes.
Entre las mayores alzas del día estuvieron las acciones de Eletrobras, con sus títulos ordinarios disparándose más de un 20%, después de que el nuevo titular de la cartera de Minas y Energía, Bento Albuquerque, afirmara que continuará con el proceso de capitalización de la estatal, con vistas a su privatización
En su primera medida como presidente, Bolsonaro decretó el martes subir el salario mínimo a 998 reales (262 dólares), levemente por debajo de los 1.006 reales proyectados por el gobierno del presidente saliente Michel Temer.
De todas formas, se esperan definiciones sobre los compromisos del ministro de Economía, Paulo Guedes, de proceder a ajustes y privatizaciones para sanear las cuentas públicas.La principal expectativa remite a la reforma del régimen de jubilaciones, sobre la cual nadie ha dicho por el momento una palabra.
Día 1
Una agenda de acción divulgada la semana pasada fija cuatro etapas a 10, 30, 60 y 90 días para la identificación y el encaminamiento de propuestas prioritarias, así como para la eventual revocación de decretos y leyes existentes.
La agenda establece además reglas de conducta y prohíbe contratar familiares cercanos, para evitar que las sospechas de corruptelas y nepotismo que arruinaron la imagen de muchos políticos se propaguen.
La lucha contra la corrupción y contra la criminalidad estarán en el centro de las preocupaciones del gobierno, afirmó el nuevo ministro de Justicia, el juez Sergio Moro, un emblema de la Operación Lava Jato, que llevó a la cárcel a decenas de políticos, incluyendo al ex presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva.
Además, el nuevo gobierno decidió entregar la demarcación de las tierras indígenas al Ministerio de Agricultura, representante de los intereses del pujante sector del agronegocio, uno de los principales aliados del presidente de ultraderecha. El cambio, que deja sin la atribución a la FUNAI (Fundación Nacional del Indio), desató las críticas de los opositores del ex militar -conocido por sus enfrentamientos con el sector ambientalista o de trabajadores sin tierra- y era uno de los asuntos más comentados en el Twitter brasileño.
"Teníamos en nuestro plan de gobierno colocar dentro de la cartera de Agricultura todo lo que, de una u otra manera, gira en torno al agronegocio, que es el gran punto de sustento de la economía brasileña", afirmó el ministro jefe de la Casa Civil (jefe de Gobierno), Onyx Lorenzoni.
En el plano internacional, reforzó sus intenciones de una alianza con el norteamericano Donald Trump. "Ha habido una larga tradición en Brasil de elegir presidentes que por alguna razón eran enemigos" de Estados Unidos, dijo Bolsonaro a periodistas estadounidenses tras reunirse con el secretario de estado Mike Pompeo. "Ahora es todo lo contrario, somos amigos", celebró.
Previamente, el nuevo canciller, Ernesto Araújo, explicó tras reunirse con Pompeo, que las dos mayores economías del hemisferio trabajan "por un orden internacional diferente". Y explicó que Brasil "se está realineando consigo mismo, con sus propios ideales", rompiendo con décadas de búsqueda de equidistancia de las grandes potencias y de refuerzo de las relaciones Sur-Sur.
Con información de AFP
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