El caso está en boca de todos en Uruguay. Y condimentos hay de sobra para que ello ocurra: una prostituta VIP y un empresario son los protagonistas de una trama que incluye videos, extorsiones, autos de lujo, hoteles y cocaína, mucha cocaína.
De acuerdo con lo que publicó el periódico El País de Montevideo, el empresario en cuestión, del que aún no se sabe su nombre, lucha desde hace largos años contra la adicción al consumo de drogas. Se internó de forma voluntaria en muchas ocasiones, pero, así y todo, no logra evitar las recaídas.
El 20 de junio del año pasado, una prostituta se contactó con el empresario a través de Facebook, porque el hombre la tenía bloqueada en su teléfono celular y estaba incluida en la lista del edificio de las personas que no podían ingresar.
Según la denuncia penal, consignada por el mismo periódico, la prostituta subió al departamento, donde empezaron a beber alcohol. En ese momento, la meretriz "le puso algo" en la bebida (así está expresado en la denuncia), le dio cocaína y, cuando se acabó la droga, llamó a un dealer para que llevara más drogas al apartamento, dice el expediente al que El País accedió. El empresario estaba fuera de sí tras consumir tanta droga. Cuando el traficante tocó el timbre, lo autorizó a entrar.
Otro dato que está presente en la denuncia es que, además de darle cocaína, la prostituta le suministró durante horas medicación para contrarrestar los efectos de la adicción: rivotril, aceprax y quetiapina fue lo que le dio.
Pero allí no termina todo. La prostituta llamó a su hermana para invitarla al departamento, y esta mujer fue la encargada de filmar al hombre mientras este consumía cocaína: el objetivo era poder extorsionarlo.
Luego la prostituta se contactó con varios escribanos para averiguar si estos podían hacer en el día una compraventa de un automóvil Corvette, cuyo valor oscila en 180.000 dólares.
Según El País, en el expediente judicial se detalla que al empresario le temblaban las piernas, tenía las pupilas dilatadas y un sangrado de nariz. Le abrocharon la campera y le limpiaron la cara para no llamar la atención. Posteriormente obligaron al empresario a retirar la suma de USD 22.000.
Pese a que la escribana ya tenía lista la escritura de venta del vehículo, la prostituta y su hermana optaron por no llevarlo a la escribanía, porque la víctima estaba saliendo de la sedación. Fue en ese momento en que lo llevaron a un hotel y, nuevamente, llamaron al traficante para suministrarle más cocaína.
El dealer se contactó con el dueño de una automotriz para que tomara el auto en 150.000 dólares. Cuando este último supo por el traficante que el dueño del auto había consumido drogas, desistió del negocio.
La prostituta habló con su abogada para que armara un vale por 700.000 dólares. Le prometió a la profesional que, si se cobraba ese documento, percibiría USD 100.000. Esta accedió, dice El País.
El empresario, la prostituta y la abogada llegaron a las 23:00 a la casa de una escribana. Insistieron para que les abriera. Entraron. El empresario firmó el vale por 700.000 dólares y el precompromiso de venta del auto Corvette. La escribana certificó la firma del vale. La estafa era un hecho.
De ahí lo llevaron a otro hotel. Hacía 24 horas que el empresario no consumía otra cosa que no fuera cocaína, expresa la denuncia penal. Luego la meretriz llamó a cuatro hombres. El empresario entró al baño de la habitación del hotel con ellos y lo filmaron. Seguramente buscaban extorsionarlo nuevamente.
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