La euforia por Patito feo llegó aquí en 2008. Vicmara Martínez, hoy de 19 años, lo recuerda bien. Fue por eso que el 17 de mayo de 2009, cuando el elenco de la serie se presentó en Managua, la capital de Nicaragua, como parte de una gira que los llevó por varios países y que se denominó, paradójicamente, "La gira más linda", ella estaba ahí con su mamá. Reservaron boletos para el mejor lugar, el VIP, por el que pagaron US$40 cada una, y viajaron desde su natal León, ubicado a 89 kilómetros, acompañadas de una amiga de su madre y de sus dos hijos pequeños.
"Ese día era el cumpleaños de Laura Esquivel, quien hacia el personaje de Patito, y al terminar el show le dieron una torta y le cantaron las mañanitas", comenta Martínez, ahora una estudiante universitaria.
El show fue montado en el estacionamiento de Galerías Santo Domingo, un centro comercial de clase alta.
En el predio, donde aún se continúan desarrollando conciertos multitudinarios, fueron instalados también unos improvisados camerinos en los que los actores y actrices se cambiaban el vestuario.
"Cuando el show terminó, varias personas, entre estas mi mamá y yo, salimos corriendo hacia el camerino y le cantamos el happy birthday a Patito para que saliera. Nosotras pensamos que ahí estaban, así que nos fuimos a esperar a que salieran, pero luego un vigilante nos dijo que estábamos perdiendo el tiempo, así que nos fuimos", relata Vicmara.
Aquella noche, el sitio estaba lleno de adolescentes, de niños y de niñas. La gran mayoría vestía como los actrices de la serie. Había muchos colores, niñas con pulseras, euforia, gritos. Así lo recuerda la periodista Doren Roa, quien cubría espectáculos en El Nuevo Diario y asistió el evento. "Eso fue una gran fiebre", asegura.
La patitomanía
Un año antes de la presentación del elenco en Managua, el Canal 2, que transmitía la novela cada día a las 15, organizó un concurso.
Berta Valle, quien era presentadora del canal y parte del departamento de Ventas y Mercadeo, recuerda que propuso realizar un concurso de baile llamado "¿Sos divina o sos popular?", que consistía en que grupos de niñas y niños preparaban un baile con temas de la telenovela, salían al aire en el canal y luego un jurado seleccionaba a los mejores.
"Inició el concurso y tuvimos buena convocatoria pero nunca nos esperamos que escalara a una dimensión nacional. Cuando hacíamos los casting en el canal llegaron desde diferentes departamentos, así que se empezaron a hacer concursos regionales, Canal 2 iba a las ciudades. Al final se iba a elegir al mejor grupo de Divinas y al mejor de Populares", explica Valle.
La fiebre fue tal que el canal creó un espacio llamado "Patitomanía". Según Valle, participaron alrededor de 17.000 niños y niñas en todos los concursos realizados a nivel nacional. "Se trataba de mandar el mensaje de que los niños y niñas necesitaban desarrollar sus actividades artísticas", dice.
La "Patitomanía" fue un suceso histórico en Nicaragua
Paola González recuerda que se juntó con amigas de su ciudad, Jinotepe, para participar en el concurso. "Tenía 12 años y en el colegio armamos un grupo de chavalas para competir. Nuestros padres nos llevaron a las prácticas tres veces por semana durante un periodo de dos meses, nos hicieron trajes y pagaron un coreógrafo. El mismo coreógrafo atendió también a otro grupo de chavalas que participaron en el mismo concurso", relata.
"El boom de Patito feo en Nicaragua fue realmente gigante, todas teníamos la ilusión de vivir las experiencias que las actrices de la serie tuvieron, los enamoramientos, las relaciones de amistad, las canciones. Para nosotras era como acompañarlas en la aventura en esa etapa importante de la adolescencia. Yo tuve mochila y cuadernos de los personajes de la serie. Nunca me perdí ningún capítulo", cuenta González.
Berta Valle considera que la novela provocó uno de los más grandes fenómenos que se han registrado en el país.
"La cantidad de niños fue muy grande porque el concurso duró aproximadamente tres meses, los grupos eran de entre 8 y 10 niños y niñas, algunos venían de los colegios, otros de los barrios. Los padres de familia los apoyaban y te digo que los apoyaban porque algunos copiaban idénticamente el vestuario de la telenovela, y en las audiciones a veces atendimos hasta a 300 grupos cada día. Había ciudades donde se hacían jornadas de dos días porque era una gran afluencia", dice Valle.
El día del show
La tarde del 17 de mayo de 2009 Sofía Pereira, entonces de nueve años, llegó con su mamá a Galerías Santo Domingo. El show ya había empezado. "No hallamos lugar, pero la gente se pasó unas barandas y logramos ubicarnos", relata Sofía, quien esa noche vestía una camiseta alusiva a las Divinas. "Todas queríamos ser como las Divinas", prosigue.
Ni Pereira ni Vicmara Martínez recuerdan ahora cuánto duró el show, pero sí coinciden en que la mayoría de asistentes eran niñas como ellas, que entonaban la música de la novela y bailaban como en las coreografías.
Al concluir el show, los miembros del elenco se dirigieron al hotel Holiday Inn, donde todos se hospedaron. Ahí alquilaron alrededor de 28 habitaciones y estuvieron dos noches.
El hotel fue patrocinador. "En el caso específico de ellos, fue un canje", explica Eleanne Etienne, gerente de ventas del Holiday Inn. "Me dieron algunos boletos para algunos empleados y nosotros dimos un precio preferencial, ellos pagaron todos los gastos adicionales. Por ejemplo, si la habitación usualmente la vendemos en 150 dólares, a ellos se la dimos en 100 y la diferencia me la dieron en boletos".
Fue esa noche, en se hotel, tras regresar del show, que ocurrió la violación que Thelma Fardín, quien interpretaba a Josefina en la serie, denunció ante la justicia de Nicaragua el 4 de diciembre pasado e hizo pública una semana después en Buenos Aires, acompañada por una treintena de reconocidas actrices argentinas. Fardín relató que Juan Darthés abusó sexualmente de ella en su habitación. Ella tenía 16 años y él 45.
"Sí, estaban hospedados en el mismo piso", confirma la gerente de ventas del hotel, quien asegura que brindarán todos los detalles a la Policía cuando empiecen a hacer las averiguaciones.
Según el relato de Fardín, ella logró escapar del cuarto de Darthés cuando un empleado del hotel tocó la puerta. Ese trabajador llegó para darle la tarjeta de entrada de su habitación, que estaba desmagnetizada.
"No tenemos hoy grabación de las cámaras, La tecnología ha cambiado mucho, y no conservamos los videos por 10 años. No sabemos todavía qué empleado estaba de turno, hay tres turnos al día, pero estamos esperando que nos contacten y nos pregunten", dice al respecto Eleanne Etienne.
Etienne sostiene que quienes pueden acceder a las habitaciones son quienes las limpian, miembros de seguridad o de recepción.
"No tenemos identificada aún a la persona, no sabemos si fue de día, de noche, de tarde. Necesitamos esos datos para saber quien estaba de turno en ese horario porque cada día hay tres turnos de camaristas [personal de limpieza], de seguridad y de recepción. No podemos descartar a nadie. La mayoría ya no está, en hotelería hay mucha rotación, sobre todo en esos puestos, pero sabemos quien trabajaba con nosotros en qué fecha específica", agrega.
Impacto
La denuncia de Fardín ha impactado entre las fanáticas de la novela que nueve años atrás fueron parte de la euforia, de la "patitomanía".
"Me enteré el martes de la denuncia que interpuso Thelma Fardín contra Juan Darthés, para mí fue impactante, pensé: 'El papá de Patito violó a la mejor amiga de Patito'. Llegué a sentirme con culpa porque mientras un montón de chavalas disfrutábamos de ese concierto, yo no fui pero lo vi por el canal 2. Horas más tarde en el cuarto de un hotel, Thelma pasó por ese momento de abuso y violencia. Creo que todas las que disfrutamos en ese momento de esa serie nos sentimos conmovidas por el testimonio de Thelma. Yo le creo, creo en su relato y espero que se haga justicia", dice Paola González.
"Fue una gran decepción", dice por su parte Sofía Pereira. "Me asustó porque el señor denunciado salía como el papá de la protagonista y uno se llega a encariñar con los personajes". Hace una pausa y repite: "Fue una decepción, es como si una parte de mi infancia también se manchó".
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