La familia de Carla Stefaniak, la ciudadana estadounidense de origen venezolano que fue asesinada en Costa Rica, confirmó oficialmente su muerte con un mensaje en la cuenta de Facebook "Finding Carla", que habían abierto para recabar apoyo en su búsqueda.
"Alrededor de las 11:30 p. m. (…) finalmente permitieron a la familia de Carla ver el cuerpo", escribieron. "El papá de Carla confirmó que el cuerpo pertenece a ella. Es ahora oficial".
Y continúa el mensaje: "No hay palabras para expresar cuán devastados están su familia y sus amistades. Queremos que el mundo sepa que nunca olvidaremos a Carla. Nunca olvidaremos la alegría que trajo a nuestras vidas, y cuanto nos hizo reír. Siempre estaremos con ella y sabemos que siempre ella estará con nosotros. Que Dios bendiga su alma".
El mensaje incluye una advertencia:
"¿Vamos a dejar esto así? No lo haremos. En los próximos días, publicaremos pistas digitales que han sido críticas para la investigación. Se continuarán las preguntas sobre la implicación de otros en el asesinato de Carla. Nosotros nos aseguraremos de que este caso no sea olvidado como muchos otros en Costa Rica".
Y también agradecen la ayuda de todos los que difundieron sus mensajes mientras Carla se daba por desaparecida.
"Por ahora sepan que Carla y su familia están agradecidos por todo el apoyo que le han brindado. Por favor, únanse en nuestros rezos por Carla y por su familia", dicen, e incluyen las etiquetas usadas en redes sociales #findingcarla #costarica.
El Gobierno costarricense dijo estar "impactado" por el caso, y el ministro de Comunicación, Juan Carlos Mendoza, lo calificó de feminicidio.
De acuerdo con un mensaje que publica el diario costarricense La Nación, la Fiscalía de ese país "presume que ella fue asesinada con un arma punzocortante y un cable en la misma propiedad del hotel donde se hospedaba, en Escazú, al momento del reporte de su desaparición, el 28 de noviembre".
Las autoridades creen que el nicaragüense indocumentado en Costa Rica Bismark Espinoza Martínez, de 32 años, cometió el crimen aprovechando que la habitación que ocupaba como guardia de seguridad en el hotel era contigua al apartamento donde se alojaba Carla. Ahora está bajo arresto en prisión preventiva.
Empezaron a sospechar de él cuando dijo haberla visto abandonar el hotel a las 5:00 a. m. del miércoles 29 de noviembre, una versión que no concordaba con los videos de las cámaras de seguridad. Esa misma mañana, el chofer de Uber con el que Carla había salido de paseo y de compras la tarde anterior fue a recogerla al hotel a las 8:30, lo que indicaba que la mujer tenía planificado salir a esa hora, no a las 5:00.
El padre de Carla, Carlos Caicedo, se quejó la tarde del martes ante la prensa de que no le permitían ver el cadáver para identificarlo.
"Si ustedes conocen algún abogado penalista de prestigio en este país, de esos abogados que se saben todos los rincones de la ley, que me busque en el hotel Barceló", dijo Caicedo visiblemente contrariado. "No me permiten ver el cadáver".
Una turista española y otra mexicana ya habían corrido la misma suerte en agosto.
El primer caso fue el de la española Arantxa Gutiérrez López, estrangulada el 4 de agosto luego de salir a correr en el área de Tortuguero, al norte de la costa caribeña de Costa Rica.
El sospechoso es otro nicaragüense sin estatus legal en el país, según La Nación. El diario español La Vanguardia dice que se llama Albin Díaz Hawkings. Los exámenes de la Policía Judicial hallaron rastros de la saliva del hombre en los senos de la víctima.
Al día siguiente, 5 de agosto, la turista mexicana María Trinidad Matus Tenorio murió asesinada en la playa de Carmen, Cóbano de Puntarenas, en el extremo de la península costarricense que da al océano Pacífico.
La descripción del diario indica que Matus Tenorio y otra mujer, una inglesa de apellido Moorhouse, estaban en la playa y fueron agredidas por dos hombres que intentaron ahogarlas después de abusar de ellas, pero Moorhouse logró escapar y avisó a la policía. Luego hallaron el cadáver de la mexicana.