Los ex presidentes brasileños Luiz Inácio Lula da Silva, en prisión desde abril pasado, y Dilma Rousseff serán enjuiciados por asociación ilícita en un caso de corrupción, informaron este viernes fuentes oficiales.
El juez Vallisney Oliveira, de Brasilia, aceptó la denuncia formulada por la Fiscalía contra los ex mandatarios en un proceso que afecta a antiguos dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) y está relacionado con la trama corrupta destapada en el seno de la petrolera estatal Petrobras.
El magistrado de primera instancia también aceptó los mismos cargos contra los ex ministros Antonio Palocci y Guido Mantega y el ex tesorero del PT Joao Vaccari Neto.
La denuncia, que presentó en septiembre del año pasado el entonces fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, se desprende de una investigación iniciada para confirmar si el PT creó una organización criminal para desviar dinero de Petrobras.
De acuerdo con la acusación y con base en "pruebas documentales", los investigados integraban "hasta el año 2016" una "organización criminal" como miembros del PT y habrían cometido "diversos delitos contra la administración pública", entre ellos corrupción y lavado de dinero, según recoge el juez en su auto.
La denuncia señaló entonces que los dirigentes del partido recibieron en la época 1.480 millones de reales (hoy unos 387 millones de dólares) de sobornos procedentes de dinero desviado de los cofres públicos.
Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, cumple desde el pasado 7 de abril una condena de 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en otro proceso penal también ligado a los desvíos que ocurrieron en la petrolera.
El ex mandatario tiene abiertos además otros procesos igualmente por asuntos de corrupción.
Rousseff, que ya había sido salpicada por el escándalo, fue presidenta de Brasil entre 2011 y 2016, cuando fue destituida por el Congreso por irregularidades en el manejo de los presupuestos.
El escándalo en Petrobras, el mayor caso de corrupción de la historia de Brasil destapado hace ya más de cuatro años, ha enviado a prisión a importantes políticos y empresarios, entre ellos a Lula, y ha salpicado también al actual presidente Michel Temer, cuyo mandato finalizará el próximo 1 de enero.
Con información de EFE
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