El gobierno ecuatoriano advirtió que la crisis bilateral con Venezuela "ha llegado al nivel más bajo posible", luego de la expulsión de la embajadora venezolana en Quito y la represalia tomada por la dictadura de Nicolás Maduro, que echó a la encargada de negocios representante de la administración de Lenín Moreno.
Luego de años de afinidad entre el gobierno de Rafael Correa y el régimen chavista, Ecuador y Venezuela se enfrentaron abiertamente.
"A pesar de los problemas económicos que vive Ecuador, hemos sido recíprocos con los hermanos venezolanos y hoy recibimos insultos de la burocracia de Maduro. Funcionarios de un corazón tan pobre no merecen diplomacia, sino una respuesta contundente sobre el mal comportamiento", remarcó en conversación con Infobae el secretario de Comunicaciones de Ecuador, Andrés Michelena, en referencia a la escalada de tensión bilateral.
El funcionario, quien renovó las críticas lanzadas el jueves al chavismo, cuando lo definió como un "socialismo corrupto, asesino y mentiroso del siglo XXI", también se refirió a la crisis migratoria venezolana, que cada vez involucra más a su país. Antes visto como un país de tránsito, un número creciente de venezolanos está decidiendo instalarse en Quito, Guayaquil y otras ciudades del país. "Es la diáspora más importante de la historia de América", indicó, detallando que cerca de un millón de migrantes pasaron por el país y unos 300 mil optaron por quedarse, tras huir de la crisis económica, política y social que sacude a Venezuela.
De todas formas, Michelena aclaró que el gobierno ecuatoriano no planea modificar las condiciones migratorias o los requisitos para los recién llegados. "Van a seguir ingresando y serán atendidos con los derechos de cualquier ciudadano del mundo", indicó.
El alejamiento y el cambio de la retórica ecuatoriana aumentó en los últimos meses y se plasmó en el discurso de Lenín Moreno ante la ONU, donde citó a Jose Martí para reclamar: "Cuando los pueblos emigran, los gobernantes sobran".
"Correa fue un dictador"
El funcionario, de visita en Argentina para la 74 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), también destacó la importancia del rol del periodismo en la lucha contra la corrupción, una de las principales plataformas del gobierno de Moreno. "Para combatir la corrupción necesitamos medios libres e independientes con las herramientas suficientes para la investigación. La transparencia y la libertad de prensa responsable son lo mejor para combatirla", indicó. La declaración muestra un intento por recomponer la relación entre el Poder Ejecutivo y los medios, ya que el vínculo sufrió una crisis durante el gobierno de Rafael Correa, que incluyó el juicio a periodistas y duras acusaciones por parte del ex mandatario.
Según sostiene el gobierno, las investigaciones periodísticas han permitido descubrir actos ilícitos "por más de 70 mil millones de dólares en coimas" de la gestión anterior. Al respecto, Michelena no dudó en calificar a Correa como un dictador.
"Una persona que viola derechos humanos, que quiere enraizarse y comete actos de corrupción para permanecer en el poder es un dictador", acusó Michelena, quien además denunció que Correa estuvo "en contra de los medios y creó un sistema de comunicación y propaganda con un gasto de 1.500 millones de dólares". Según explicó, tal cifra significó un incremento de 1.500% con respecto al presupuesto previo.
Actualmente, pesa sobre Correa una petición ecuatoriana de arresto a Interpol por incumplimiento de medidas cautelares, pero el ex presidente ha decidido no volver al país, ya que considera que los tribunales no son imparciales.
"Siempre un delincuente va a creer que la justicia no es justa", consideró el secretario, frente a esta situación, e insistió en que el ex aliado de Moreno debe presentarse en Ecuador. "Quien tiene miedo a la justicia, que ahora es libre e independiente, tiene dudas de volver al país. El gobierno no persigue, pero es importante que se rinda cuentas al pueblo ecuatoriano", agregó.
Assange, un tema espinoso
Con respecto a la situación de Julian Assange, fundador de Wikileaks que ya lleva seis años refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, Michelena comentó que es "un tema muy incómodo y muy difícil de resolver". El especialista informático australiano, que esta semana demandó a Ecuador, es buscado por la justicia estadounidense por difundir miles de secretos oficiales, y, aunque ya se archivó una denuncia sueca que lo puso en la mira de los tribunales británicos, las autoridades podrían detenerlo si pisa la calle por violar las condiciones de su libertad condicional.
"El presidente Moreno lo ha calificado como hacker, ha mostrado su preocupación e incomodidad por tenerlo como huésped, pero respetando los derechos humanos del ciudadano, sin generar conflicto con otros países. Estamos buscando una salida a la brevedad posible", sostuvo, evitando dar un plazo en concreto para definir un desenlace.
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