El papa Francisco proclamó este domingo santo al arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, al papa Pablo VI y a Nazaria Ignacia.
Francisco utilizó como es habitual la formula en latín para proclamar la santidad de los religiosos.
Durante la ceremonia de este domingo también se celebraron las canonizaciones los sacerdotes italianos Francesco Spinelli, Vincenzo Romano y el laico Nunzio Sulprizio y de religiosa alemana María Katharina Kasper.
La ceremonia comenzó con el nuevo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Becciu, que acompañado de los postuladores de las causas de los siete santos, presentó a Francisco la petición de canonización y leyó una pequeña biografía de cada uno.
Después el papa pronunció la fórmula en latín: "Después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina, y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a los beatos…".
Y continuó: "Y les inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los santos".
La proclamación de la santidad fue recibida con un gran aplauso en la Plaza de San Pedro, donde hoy se congregaron cerca de 70.000 personas y delegaciones de varios países.
De Romero recordó que "nació en 1917 en Ciudad Barrios (El Salvador) en el seno de una familia modesta, que a los 12 años trabajó en una carpintería y en 1930 ingresó en el seminario".
Entre otros puestos clericales, en 1977 "fue nombrado Arzobispo de San Salvador en plena represión social y política" y "el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba la misa con los enfermos del hospital, fue asesinado".
En representación de España acudió al Vaticano la reina Doña Sofía y el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao Cabrera, Ministro de Cultura y Deporte, entre otros.
La monja fue beatificada en 1992 por el papa Juan Pablo II y en enero de 2018, Francisco aprobó el decreto con el que se reconocía el milagro para poder ser canonizada.
El milagro elegido para poder subir a los altares a madre Nazaria fue el de la curación de una hermana de su congregación, María Victoria, que en 2010 sufrió un derrame cerebral que la dejó sin habla pero que recuperó "milagrosamente" cuatro días después.
Con información de EFE y AFP
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