El ex ministro y ex alcalde de San Pablo Fernando Haddad, compañero de fórmula de Luiz Inácio Lula da Silva como candidato a vicepresidente de Brasil, afirmó que el Partido de los Trabajadores (PT) no renunciará a la candidatura presidencial del ex mandatario para las elecciones de octubre.
"Si ni el pueblo brasileño prescinde de Lula, mucho menos el PT. Algunos decían que el PT estaba montando un teatro. Entonces llegó un pronunciamiento de la ONU" que "determina que Lula debe ser candidato", dijo Haddad, al llevar a cabo actividades de campaña en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.
La afirmación del candidato a vicepresidente alude a la decisión cautelar no vinculante del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que pidió que se tomen "todas las medidas necesarias" para que Lula "pueda ejercer sus derechos políticos" como candidato presidencial para las elecciones del 7 octubre.
A pesar de su encarcelamiento y de estar virtualmente inhabilitado, la formación socialista insiste en la candidatura presidencial del ex presidente en virtud de la fortaleza que viene demostrando en todos los sondeos.
No obstante, la candidatura de Lula será probablemente vetada, ya que la legislación electoral brasileña prohíbe expresamente que condenados en segunda instancia, como es su caso, se presenten a cualquier cargo electivo.
Haddad no hizo declaraciones sobre la denuncia presentada por la Fiscalía brasileña, en la que se lo acusa de enriquecimiento ilícito durante la campaña de 2012, en la que disputaba la Alcaldía de la ciudad más poblada de Brasil.
En su lugar, optó por centrar su reducido discurso en la defensa de la libertad de Lula, quien cumple una condena de 12 años por corrupción en la sureña ciudad de Curitiba, y en la crítica al "atentado a la democracia" que, en su opinión, resultó, a mediados de 2016, en la destitución de la ex presidente Dilma Rousseff, quien también participó en el acto.
Por su parte, Rousseff, postulante a un escaño en el Senado brasileño, volvió a declarar que su proceso de destitución se trató de un "golpe", que "ahora muestra la cara más oscura de la excepción" al "ser capaz de arrestar" a Lula sin haber cometido "ningún delito".
"Lula está preso por sus cualidades, porque llevó a Brasil al mayor nivel de respeto internacional", abogó Rousseff.
La ex mandataria subrayó que Haddad fue el responsable de "una de las cosas más importantes" de la administración del PT, en alusión a la cartera de Educación que comandó el hoy candidato a vicepresidente durante la administración de Lula (2003-2010).
Rousseff reiteró que, en su opinión, el Gobierno de Lula fue "el más incluyente de la historia" y concluyó que el objetivo por detrás de su proceso de destitución era "quitar a los pobres del presupuesto" de las cuentas públicas.
La última palabra sobre la situación de Lula la tendrá el Tribunal Superior Electoral, que tiene de plazo para pronunciarse hasta el próximo 17 de septiembre, cuando faltarán 20 días para las elecciones más inciertas de la historia reciente de Brasil.
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