El pasado 9 de agosto quedó confirmada la conformación de un Grupo de Trabajo para Nicaragua, tras la aprobación de 21 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). Este jueves, el bloque designó a Canadá como presidente del mismo y a Chile como vicepresidente.
Ambos países estarán representados por sus embajadores ante la OEA, Jennifer Loten y Hernán Salinas Burgos, respectivamente.
El comienzo de los trabajos contó este jueves con la presencia del secretario general de la OEA, Luis Almagro, y de María Claudia Pulido, secretaria ejecutiva adjunta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La representación de Argentina en la OEA emitió un breve comunicado en su cuenta de Twitter en la que señaló que el objetivo del grupo de trabajo es "contribuir a la búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles a la situación" en Nicaragua.
El espacio está integrado por los siguientes países: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Guyana, Ecuador, Panamá, Estados Unidos, Perú, Costa Rica y México.
Jorge Lomónaco, embajador de México en la OEA, indicó que el plan del grupo consiste en "mantener conversaciones con todos los actores involucrados y especialmente el gobierno de Nicaragua para encontrar las vías de trabajar juntos, de que acepten la mano que les tiende la OEA porque el Grupo es de la Organización".
No obstante, el régimen de Daniel Ortega ya adelantó que no recibirá al grupo de trabajo de la OEA, al que acusa de "injerencismo": "No son bienvenidos a nuestro país. Por lo tanto, no serán recibidos en nuestro suelo patrio".
En los cuatro meses de protestas, la represión de las fuerzas de seguridad nicaragüenses dejó entre 317 y 448 muertos, de acuerdo a cifras de diversas organizaciones humanitarias. También hay cientos de presos políticos y un número aún indeterminado de desaparecidos.
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