El abogado de dos jóvenes chilenos encarcelados en Malasia a la espera de un juicio en el que se enfrentan a la pena de muerte alertó sobre la salud de sus clientes y afirmó que, de fracasar todos los intentos para su liberación, en el caso podrían intervenir "tanto de la ONU como de la Corte Penal Internacional".
Durante una entrevista con la radio argentina Radio Rivadavia, Juan Carlos Manriquez dijo que, diez meses después de su detención, el estado de salud de los jóvenes es "precario".
Han perdido mucho peso
"Han perdido mucho peso y tampoco sabemos si les han suministrado las vacunas que se consiguieron a través del comité de relaciones Chile-Malasia", manifestó el letrado.
Felipe Osiadacz, un ingeniero comercial de 27 años, y el chef Fernando Candia, de 30, se encuentran detenidos en Kuala Lumpur desde agosto de 2017, tras protagonizar un confuso episodio que terminó con un hombre fallecido.
En Malasia, la legislación basada en preceptos islámicos prevé penas severas -incluida la pena de muerte- para las hipótesis de homicidio. Por eso, el abogado y los familiares quieren convencer a las autoridades malasias que el episodio fue un trágico accidente.
Si logramos establecer que la muerte se dio en un contexto de imprudencia podría imponerse una pena menor y reducirse tratándose de extranjeros sin antecedentes
A principios de mayo, la familia explicó en una declaración pública que los jóvenes se vieron "envueltos en un incidente con un desenlace fatal", que tuvo como víctima a un malayo que habría atacado a los chilenos.
"Ellos se asustaron y lo inmovilizaron sin ninguna intención de causarle daño, pues todo lo sucedido fue en defensa propia", dijo de la familia, que se llamó a silencio por recomendación de su defensa para no afectar el proceso legal.
Manriquez, por su parte, manifestó que "los exámenes reflejaron una ingesta de 5 drogas distintas que le habría provocado un ataque cardíaco" a la víctima, lo cual no haría calificar al hecho como un delito de homicidio.
"Si logramos establecer que la muerte se dio en un contexto de imprudencia podría imponerse una pena menor y reducirse tratándose de extranjeros sin antecedentes", dijo el abogado en la entrevista.
Los acusados llegaron a Malasia a disfrutar de unas vacaciones después de trabajar durante un año en Nueva Zelanda, una práctica extendida entre los jóvenes universitarios chilenos.
Ahora, están a la espera de su sentencia, por la cual aún no hay una fecha exacta, según explicó el abogado en el programa "De caño vale doble".
No obstante, los esfuerzos para su liberación continúan.
"Se están llevando adelante todas las acciones basadas en el respeto, la dignidad y el reconocimiento a las autoridades malasias dado que se trata de un hecho ocurrido en su territorio", dijo Manriquez. "Confiamos en que se haga justicia. Y que este no sea un problema diplomático", agregó.
Finalmente, en el caso de que todas los intentos fracasen, dejó abierta la puerta a una última posibilidad: la intervención en el caso de organismos internacionales.
"Mi experiencia profesional, en el sistema penal internacional, es que en casos similares tanto la Corte Penal Intencional como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a veces han tenido alguna intervención", concluyó el abogado.
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