La economía cubana sigue "estrangulada" y "estancada" por una elevada "centralización" y los desequilibrios estructurales que lastran las perspectivas de crecimiento, que se prevé de tan solo alrededor del 1 % en 2018, apuntaron este jueves tres economistas participantes en una conferencia en Miami.
Las reformas impulsadas desde 2007 por el entonces presidente Raúl Castro, constreñidas al ámbito económico, se han revelado de escaso calado para sacar al país de una situación de "desequilibrio estructural", una realidad que tendrá ahora que afrontar el nuevo presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
En este diagnóstico coincidieron tres economistas que participaron en la primera conferencia de la 28ª reunión anual de la Asociación para el Estudios de la Economía Cubana (ASCE), que se celebra desde este jueves con el título "Cuba: After Raúl?".
Con un crecimiento económico en torno al 2 % en los últimos años, un elevado déficit fiscal y comercial y la ausencia de nuevos oficios resulta impracticable un desarrollo económico, afirmó Omar Everleny Pérez, economista del Centro de Estudios Económicos de Cuba.
"La productividad no puede crecer cuando lo que gana la mayoría de los asalariados", el 75 % de ellos, no alcanza casi para la alimentación", condiciones en la que, dijo, "es muy difícil avanzar hacia el desarrollo".
Apuntó que una de las principales rémoras para el crecimiento económico es el actual "sistema empresarial estatal burocrático", su "elevada centralización de decisiones" y "rigidez de planes", con escasos incentivos y todavía, a día de hoy, sin una "ley de empresas".
De hecho, la radiografía de la industria agrícola resulta desoladora, con la zafra azucarera más baja de su historia (1,1 millones de toneladas para 2017-2018) y tan solo 54 plantas o fábricas de este sector operativas, destacó Mario González-Corzo, profesor de Economía de Lehman College, en Nueva York.
Una ineficiente producción azucarera, pilar histórico de la industria cubana, que ha caído un 40 % respecto de 2017, agregó González-Corzo, quien recordó que en 1990 la isla produjo siete millones de toneladas.
De acuerdo con este economista, la caída de la zafra no es achacable a las "adversas condiciones climáticas", como subraya principalmente el Gobierno cubano, sino sobre todo a la "pobre calidad de las reparaciones (de las fábricas), el mal equipo, los errores cometidos y un suministro ineficiente".
¿"Qué queda para la exportación cuando las tres cuartas partes de la zafra azucarera se destina al consumo interno?", se preguntó González-Corzo.
Poco ayuda además al crecimiento de la economía cubana, apostilló, la escasa superficie dedicada al cultivo agrícola, solo 2,7 millones de hectáreas de un total de 6,2 millones, en un país de 11 millones de hectáreas.
Hasta el punto que el 80 % de los alimentos que se consumen en la isla son importados, un indicador de lo "altamente dependiente que sigue siendo Cuba de la importación de alimentos para subsistir".
Si a esas condiciones negativas añadimos factores como la "baja tasa de natalidad, el envejecimiento de la población, los salarios insuficientes y las poco satisfactorias condiciones laborales", entonces tenemos un panorama poco esperanzador.
El "declive" del sector agrícola y la "ineficacia de un sector centralizado y descapitalizado" merman el crecimiento económico del país caribeño, cuya única recuperación pasa por la "expansión de la propiedad privada, la libertad de contratación y de elección producción" y, en definitiva, de "profundos cambios estructurales".
Por su parte, Dagoberto Valdés, del Centro de Estudios Convivencia, alertó sobre la "crítica situación" de Cuba, que "puede conducir al desastre".
La escasez de alimentos, medicamentos y vivienda sigue "impactando en la vida cotidiana" cubana por culpa de un modelo económico "centralizado y estatista", pese a que el "sector privado ha demostrado su eficiencia para crear riqueza", puso de relieve Valdés.
Los tres expertos coincidieron en la necesidad de "eliminar ya la dualidad monetaria y las múltiples tasas de cambio" que rigen actualmente en la isla, uno de los "grandes problemas" que se debe acometer sin demora.
Con información de EFE
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