El dictador de Nicaragua Daniel Ortega denunció este jueves "una conspiración" para sacarlo del poder y tildó a los obispos de "golpistas", lo que deja en entredicho la gestión mediadora de la iglesia en el diálogo para buscar una salida a la crisis política, que ha dejado al menos 280 muertos en tres meses.
"Me dolió que mis señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas (…) ellos se descalificaron como mediadores, como testigos (en el diálogo), porque su mensaje claro fue el golpe", dijo Ortega en Managua durante el acto del 39 aniversario de la Revolución Sandinista.
Ortega habló en un acto masivo de simpatizantes dos días después de que fuerzas gubernamentales tomaron control de la ciudad rebelde de Masaya, en un violento enfrentamiento que dejó al menos dos muertos.
Según Ortega, en las protestas opositoras "los templos fueron ocupados como cuarteles para guardar armamento, para guardar bombas y para salir a atacar y asesinar".
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), como mediadora del diálogo, propuso una agenda para democratizar el país y adelantar los comicios de 2021 a marzo del 2019, lo que Ortega rechazó varias semanas después.
Tras el discurso, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se pronunció a favor del diálogo "facilitado" por la CEN como "la instancia para resolver aspectos políticos y electorales de la crisis" en Nicaragua.
Es primordial regreso de buena fe de las partes al Diálogo Nacional facilitado por la Conferencia Episcopal de #Nicaragua @CENicaragua. Es la instancia para resolver aspectos políticos y electorales de la crisis. @OEA_oficial pic.twitter.com/RHrXF12CLp
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) July 20, 2018
En tanto, el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, respondió al discurso de Ortega en Twitter señalando que la iglesia no sufre por ser calumniada, sino "por los detenidos injustamente y por quienes huyen de la represión".
La Iglesia no sufre por ser calumniada, agredida y perseguida. Sufre por quienes han sido asesinados, por las familias que lloran, por los detenidos injustamente y por quienes huyen de la represión. Rezamos y estaremos a su lado siempre en nombre de Jesús.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) July 19, 2018
Ortega calificó las protestas iniciadas el 18 de abril como "satánicas", demoníacas y parte de un plan golpista, de "una conspiración armada" financiada por Estados Unidos.
La multitud se congregó en La Plaza La Fe, en el malecón de Managua, que se tiñó de rojo y negro, los colores de la bandera sandinista y Ortega habló desde una enorme tarima, acompañado por su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, e invitados del cuerpo diplomático y poderes de Estado.
La recuperación del control en Masaya animó al oficialismo, pese a que el clima de violencia que vive el país desde el 18 de abril, cuando estallaron las protestas, parecía empañar la fiesta sandinista.
Las protestas en contra del gobierno estallaron hace tres meses en oposición a una reforma a la seguridad social, pero la represión hizo que se propagaran hasta convertirse en un amplio movimiento que reclamó la salida del poder de Ortega.
(Con información de AFP)
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