Adilcia Luisa De la Paz Álvarez tenía 76 años cuando le vendió su casa ubicada sobre la calle Régulo de Punta del Este a Lulukhy, que entonces estaba casada con el profesor de inglés Edwar Vaz. La operación fue un obsequio, ya que se hizo por sólo 7.000 dólares.
"Según pudimos saber por intermedio de personas que conocen este caso, no fue una venta. En realidad fue un regalo por el cariño que sentía la dueña de casa hacia esta mujer", dijo Martín Etcheverry, abogado de Vaz, según informa el diario El País.
La única condición que puso la vendedora era conservar el usufructo de la propiedad hasta su muerte. Nunca imaginó que ésta llegaría tan rápido y de manera tan violenta.
El 15 de julio de 1999 un intruso ingresó en medio de la noche por una ventana mal cerrada. Se dirigió sigilosamente hasta el dormitorio en el que dormía Adilcia y la asesinó de varias puñaladas. Lulukhy, identificada por la Justicia uruguaya como L.J.M., pasó a controlar inmediatamente el inmueble.
Nunca se pudo esclarecer el homicidio y la causa se cerró sin sospechosos. Ahora, Etcheverry, que acusa a la ex esposa por la muerte de su cliente, presentará un escrito en el que también la vincula con el crimen de la anciana.
"Se trata de un hecho de similares características", afirmó el abogado.
Vaz fue asesinado por dos sicarios el pasado 9 de julio, justo cuando iba a presentar una demanda civil contra Lulukhy por 1,5 millón de dólares. La mujer fue imputada y arrestada días más tarde, tras la captura del conductor que había trasladado a los sicarios, que confesó haber sido contratado por ella para cometer el crimen.
Hija de un hombre muy poderoso, que se presenta como "príncipe internacional de los gitanos", L.J.M. vivía en una lujosa mansión ubicada en el exclusivo barrio Beverly Hills de Punta del Este, que bautizó Gypsy Queen ("la reina gitana"). Ella misma la construyó en 2004. En 2012 se la vendió a un magnate brasileño por 1,3 millones de dólares, pero este la contrató para que continúe como "administradora".
La mansión, erigida en un terreno de 1.049 metros cuadrados, se compone de dos casas, que en total tienen diez dormitorios y diez baños. El lugar es famoso en la noche esteña, ya que allí se realizan desde hace años fiestas sexuales entre parejas swinger.
Adinerados turistas argentinos y brasileños debían pagar una entrada para ingresar. Una vez adentro, les cobraban las consumiciones que realizaban. La Justicia descubrió que había cámaras ocultas en el interior de la propiedad, así que se presume que los encuentros eran filmados.
En las últimas horas se supo que la mujer había puesto en venta la propiedad. "Enclavada en el corazón de Beverly Hills, el barrio más glamoroso de Punta del Este y de América del Sur, es el mejor camino entre el deseo y la conquista", sostenía en la publicación que la ofrecía.
Allí hay una descripción detallada de los diez dormitorios temáticos repartidos en las dos casas. La suite principal, por ejemplo, es un autohomenaje: se llama "Lulukhy". Entre las más llamativas están "Ferrari", que tiene una cama con la forma de un auto de lujo, y "Leopardo", decorada enteramente con un estilo animal print.
Completan la decena "Golden", "Princess", "Cristoforo Colombo", "Classic", "Winnie the Pooh", "Green" y "Versace". Cada cuarto tiene a su vez un baño con ducha escocesa, sauna e hidromasaje.
L.J.M. y Vaz se casaron en 1997 y se divorciaron en 2016. Hay muchos puntos oscuros en su relación. Si bien se reconoce como gestora de las orgías en la mansión, Lulukhy asegura que Vaz la explotaba sexualmente.
"Hacíamos las fiestas mandadas por él, que dirigía todo, pero no estaba presente. Él manejaba toda la plata", dijo en una entrevista reciente con El País. "Tanto yo como mi amiga nos prostituimos obligadas. Después de nueve años intenté divorciarme pero nunca pude. Él era un tipo muy chiquito, pero con ideas nazis y estaba armado. Era proxeneta".
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