Al menos un muerto dejó una violenta incursión de fuerzas antimotines y grupos armados ilegales en el norte de Nicaragua, sin que la presencia de organismos internacionales logre parar la violencia que deja más de 220 muertos en 75 días de protestas contra el gobierno.
Unas 40 camionetas con antimotines y hombres de civil armados y encapuchados entraron a La Trinidad, 125 km al norte de Managua, en el departamento de Estelí, donde desmontaron un bloqueo en la que mantenían manifestantes en la carretera internacional.
Un miembro de las fuerzas del gobierno murió, según medios oficialistas, que celebraron la apertura del paso de la carretera. Varios manifestantes resultaron heridos, según activistas de derechos humanos.
Pobladores y la Iglesia católica denunciaron que "miembros de la policía" y "grupos paramilitares" mantenían rodeado el templo La Candelaria, en cuyo interior permanecerían sacerdotes y decenas de fieles atemorizados.
El asedio continuaba hacia la medianoche del martes, según reportes de activistas de las protestas.
"Pido a la dirección nacional de la policía suspender dicha acción de acoso, para que dichos fieles puedan retornar a sus hogares", manifestó el cardenal Leopoldo Brenes.
"Mi solidaridad y mis oraciones por la población de La Trinidad ahora bajo ataque de paramilitares. (..) ¡Que se detenga la represión!", demandó en un tuit el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
Coincido con lo dicho por mi hernano el Cardenal Leopoldo Brenes en Roma sobre la violencia en Nicaragua: «Esto es mucho más duro que una guerra».
— Silvio José Báez (@silviojbaez) June 29, 2018
Horas antes, un grupo de paramilitares interceptó a cuatro sacerdotes que se dirigían a La Trinidad, a 122 km al norte de Managua, para intentar impedir más violencia.
"Algunos sacerdotes de las parroquias intentamos acercarnos para dialogar, para evitar un enfrentamiento entre manifestantes y policías, pero al llegar cerca de La Trinidad, los paramilitares nos impidieron el paso", relató a la AFP el sacerdote Eugenio Rodríguez, que iba en la comitiva.
"Eran como cinco armados, algunos encapuchados", dijo Rodríguez, de la parroquia San Francisco de Asís de la ciudad norteña de Estelí.
Los armados frenaron el paso a los religiosos poco antes de llegar al municipio, donde policías y paramilitares desalojaron a la fuerza a los manifestantes que bloqueaban la vía.
Por su parte, el obispo Rolando Álvarez denunció que un equipo de periodistas de TV Merced de Matagalpa (norte) también fue interceptado cerca de la parroquia asediada "por un grupo de encapuchados armados que golpearon" al camarógrafo y destruyeron tres cámaras y tres celulares.
El sacerdote Rodríguez explicó que la policía de Estelí les informó el lunes que tenían órdenes de "limpiar" el bloqueo que los manifestantes levantaron en La Trinidad, sobre la Carretera Panamericana.
Policías y paramilitares se instalaron en la casa de cultura, la alcaldía de La Trinidad y rodearon también el hospital. Hicieron "anillos para que la población no tenga salida", aseguró Merling Solís, representante del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) en Estelí.
"Nos andan persiguiendo. Hay una cacería de brujas", dijo por teléfono a AFP, bajo anonimato, un joven que estaba en el tranque (bloqueo).
Otros grupos armados incursionaron en Jinotepe (suroeste), donde unos 400 transportistas de Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá están varados en un bloqueo, según el embajador salvadoreño Carlos Jirón, quien pidió que los dejen llegar a su destino.
Más de 220 personas han muerto en Nicaragua desde que iniciaron hace dos meses y medio las protestas contra el régimen de Daniel Ortega, en el poder desde el 2007.
Los opositores piden adelantar las elecciones del 2021 a marzo del 2019 pero el mandatario no ha respondido a la propuesta.
(Con información de AFP)
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