Cientos de personas protestaron este domingo en diferentes municipios de Nicaragua contra el régimen de Daniel Ortega en el marco de la crisis que comenzó el 18 de abril pasado, en la víspera del reinicio de un diálogo nacional que busca resolver el conflicto que ha dejado al menos 218 muertes.
Pobladores de los municipios de El Jícaro (norte), Somotillo y Villanueva (noroeste) salieron a las calles portando banderas de Nicaragua, con carteles y consignas en repudio de Ortega.
"¡Pueblo, únete!", "No quitemos los tranques (bloqueos de vías)" o "¡Que se rinda tu madre!", fueron algunos de los mensajes que lanzaron los pobladores al Gobierno.
Las manifestaciones en dichos municipios, que fueron pacíficas y sin presencia de policías, se dieron en una mañana de relativa calma en Nicaragua, donde este domingo solamente se reportaron ataques de las fuerzas del régimen a la población en las ciudades de Jinotepe y León, sin reportes de muertos ni heridos.
En la víspera los organismos humanitarios reportaron al menos 6 personas muertas a manos de las "fuerzas combinadas" del Gobierno, entre ellas un bebé de un año y medio de nacido que recibió un tiro en la cabeza.
Las "fuerzas combinadas" del Gobierno están compuestas por policías, antimotines, parapolicías, paramilitares y grupos de choque oficialistas.
El viernes pasado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) responsabilizó al régimen de graves violaciones a los derechos humanos.
Las violaciones incluyen "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país", según la CIDH, lo que fue rechazado por el Gobierno nicaragüense.
La sociedad espera que la represión cese a partir de mañana, cuando un equipo técnico del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI), inicie su labor de seguimiento del cumplimiento de las recomendaciones de la CIDH, que se resumen en el cese de la represión y el respeto a los derechos humanos.
Mañana mismo el Episcopado de Nicaragua reiniciará el diálogo nacional entre el Gobierno y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, con el objetivo de superar la crisis sociopolítica en el país.
Dicha crisis es la más sangrienta de Nicaragua desde la década de 1980, con Ortega también como presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años consecutivos en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
Con información de EFE
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