Los antimotines, armados con fusiles de guerra AK-47, sub-ametralladoras y francotiradores, incursionaron en la ciudad nicaragüense de Masaya, en una operación militar solo vista hace 40 años, durante la guerra que libró ese mismo pueblo apoyando al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en contra de Anastasio Somoza, previo a su salida del poder, en un contexto similar: un proceso de negociación cuyos partícipes fueron representantes del gobierno de Estados Unidos, de la familia Pellas, Humberto Ortega y la iglesia católica.
La diferencia con la situación actual es una sociedad que se propone terminar con una dictadura por la vía cívica, sin armas de fuego, pero el régimen ataca con paramilitares y fuerzas policiales.
Uno de los asesinados esta mañana por las fuerzas de choque del orteguismo -conocidas como turbas- fue un ciudadano que solo se defendía con una tiradora (hulera), mientras los antimotines incursionaron con todas las armas posibles. Solo hizo falta el uso de tanques de guerra…
El régimen mantiene la violencia contra la población civil, pese a los esfuerzos internacionales que se realizan para encausar por la vía pacífica la salida del poder de Ortega y su esposa Rosario Murillo.
En ese contexto, esta mañana hizo su arribo a la ciudad de Managua el embajador de Estados Unidos ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, quien hablará "con diferentes grupos antes de la Sesión Extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA sobre Nicaragua, donde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentará un informe sobre su visita en mayo, hallazgos y recomendaciones sobre la crisis actual en Nicaragua".
La visita de Trujillo no fue impedimento para que el régimen de Ortega-Murillo ordenara la operación militar en Masaya.
Con información de Víctor Potosme, desde Managua
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