La ciudad nicaragüense de Masaya mantendrá bloqueadas sus calles hasta que el presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidente Rosario Murillo "abandonen el poder", dijeron este lunes dirigentes opositores.
"Nuestras barricadas se mantienen porque son nuestra única defensa pacífica y cívica" para impedir el ingreso de las camionetas "asesinas" para capturar, torturar y asesinar a jóvenes, dijeron en rueda de prensa líderes de La Resistencia Cívica de esa ciudad.
Álvaro Leiva, secretario ejecutivo de la Asociación de Nicaragüenses pro Derechos Humanos (ANPDH), reportó que fuerzas del régimen reprimieron a concentraciones en la ciudad y causaron al menos 32 heridos y dos muertos.
El levantamiento de los tranques (bloqueos) que afectan a un 70% de las vías en el país es una exigencia del Gobierno en el diálogo con la oposición porque alega que impide la libre circulación de personas y mercancías.
Masaya, 30 kilómetros al sureste de Managua, un bastión de la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza en 1979, se rebeló esta vez contra Ortega, que comandó las acciones contra el régimen depuesto.
Las protestas encabezadas por estudiantes contra una reforma al seguro social y que luego se generalizó a otros sectores por la dura represión del Gobierno, en dos meses deja un saldo de 180 muertos y más de 1.000 heridos.
La carretera a Masaya, que conecta a la capital y por donde circulan unos 50.000 vehículos diarios, ahora está cerrada por barricadas de árboles talados, piedras, vallas publicitarias arrancadas o cualquier objeto que sirva para impedir el paso.
Ciudad paralizada
Tras las barricadas que se multiplican en la extensa vía están decenas de muchachos, hombres y mujeres encapuchados, pero se advierte que con dificultad alcanzan los 18 años.
La ciudad con una población de 100.000 habitantes, la mayoría artesanos y pequeños agricultores, está virtualmente paralizada, no funciona ninguna autoridad civil ni de policía, cuyo comando esta cercado por barricadas que impiden salir a sus agentes.
Las barricadas "se pusieron para poner fin a los saqueos e incendios" provocados por la policía y turbas afines al Gobierno, según el comunicado leído ante periodistas por dirigentes de Masaya, que cubrían sus rostro con playeras o pasamontañas por seguridad.
"Denunciamos las maniobras y mentiras sistemáticas" de Ortega y Murillo, quienes proclaman la paz pero desarrollan "una guerra terrorista y cobarde en contra de la ciudad de Masaya", añaden.
Los dirigentes de la resistencia afirmaron que su lucha "es inclaudicable" hasta que Nicaragua sea libre y que continuarán defendiéndose con las barricadas, piedras y morteros en una "evidente desigualdad" contra las tropas gubernamentales que les "disparan a matar con armas de alto calibre y fusiles de guerra".
Por esta resistencia pacífica, la policía, bandas paramilitares y turbas adeptas al régimen se han ensañado contra la ciudad, y 20 personas han muerto en los dos meses de protesta, dijeron.
No obstante, declararon su apoyo a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que participa en el diálogo nacional con el Gobierno en la búsqueda de una salida a la crisis.
"Nuestra lucha es pacífica y cívica, no armada, contrario a la pretensión del dictador, quien quiere llevarnos al infierno de la guerra para justificar una intervención del ejército", acusaron.
La institución armada ha declarado que no reprimirá las protestas ciudadanas y que su rol es la de proteger objetivos vitales para el funcionamiento del país.
Los pobladores de Masaya instaron a la jefatura del cuerpo armado a pronunciarse "de forma clara e inequívoca si está a favor del pueblo o de una dictadura familiar incapaz de gobernar".
(Por Johannes Myburgh y Marvin Recinos – AFP)
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