Los enviados del papa Francisco, Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, llegaron este martes a Chile, en una nueva misión eclesiástica en medio de la crisis que vive la Iglesia chilena tras una serie de denuncias de abusos sexuales.
"Hemos venido a pedir perdón en su nombre" a las víctimas, dijo al arribar a Santiago el sacerdote español Bertomeu.
Al ser consultado sobre si el Papa aceptará más renuncias de obispos chilenos, después de las tres que aceptó el lunes, afirmó: "Eso tenemos que dejarlo en sus manos, pero tenemos que estar muy expectantes de que las cosas irán muy bien".
Francisco aceptó el lunes la renuncia de tres obispos chilenos, entre ellos la de Juan Barros, acusado de encubrir los abusos sexuales del influyente sacerdote Fernando Karadima, cuyo caso desató la crisis en la iglesia chilena.
El conjunto de los obispos de Chile habían presentado su dimisión el 18 de mayo tras una serie de encuentros con el Papa en el Vaticano, un paso inédito en la historia reciente de la Iglesia católica.
Scicluna, arzobispo de Malta, y Bertomeu visitaron ya Chile en febrero pasado. Tras esa visita, en la que se reunieron con una serie de víctimas de abusos, le entregaron al Papa un lapidario informe que señala la existencia de "una cultura de abusos" al interior de la iglesia chilena.
Ahora los dos enviados viajarán también a Osorno, a unos 900 km al sur de Santiago, la diócesis que hasta el lunes lideraba Barros, sumida en una profunda división desde que Francisco lo nombró obispo en 2015 pese a las denuncias de encubrimiento que ya pesaban sobre él.
Scicluna y Bertomeu ofrecerán la tarde de este martes una rueda de prensa en Santiago para entregar detalles de su nueva visita a Chile. El jueves viajarán a Osorno, donde permanecerán hasta el domingo. El 19 de junio tiene previsto retornar al Vaticano.
Con información de EFE
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