La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el principal foro político del continente, aprobó el martes una resolución que abre la puerta a una eventual suspensión de Venezuela del organismo por quiebre del orden democrático.
La iniciativa, adoptada por 19 votos a favor, cuatro en contra y 11 abstenciones, declaró ilegítima la reelección de Nicolás Maduro y llamó a aplicar los mecanismos de la Carta Democrática Interamericana por "alteración del orden constitucional", un proceso que podría derivar en la suspensión de Venezuela de la OEA.
A pesar de que en reiteradas ocasiones ha pedido salir de la OEA –este martes, tras la aprobación de la resolución, el canciller venezolano Jorge Arreaza volvió a declarar que su país se retira voluntariamente del organismo-, su expulsión tendría un gran contenido simbólico.
Venezuela inició oficialmente su retiro de la OEA en abril de 2017, aunque su salida no se hará efectiva hasta 2019.
La votación de este martes se hizo a viva voz con la abstención de 11 países entre los que figuraban aliados tradicionales del régimen de Nicolás Maduro, como Nicaragua, mientras que otras cuatro naciones votaron en contra, liderados por Venezuela, cuyo canciller Jorge Arreaza, dijo que votaba "rotundamente en contra".
Esta es la primera vez que se aprueba en una Asamblea General una resolución sobre la crisis venezolana, tema que ya centró la anterior Asamblea General de la OEA en Cancún (México), pero que acabó sin una declaración condenatoria porque, en el último momento, el Caribe respaldó a Venezuela.
La resolución aprobada este martes fue impulsada por Estados Unidos y los 14 países del Grupo de Lima, un bloque que suma más del 90 % de la población americana: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guyana, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía.
Esos 15 países votaron a favor de la resolución, grupo al que se sumó República Dominicana (aliado tradicional de Venezuela), así como Bahamas, Jamaica y Barbados, tres países caribeños que ya habían votado anteriormente a favor de pronunciamientos sobre Venezuela en la OEA.
La resolución necesitaba 18 votos para ser aprobada y consiguió el respaldo de 19 países.
Mientras tanto, se abstuvieron once países: Surinam, San Cristóbal y Nieves, Trinidad y Tobago, Belice, Uruguay, Antigua y Barbuda, Ecuador, El Salvador, Granada, Haití y Nicaragua. Además, mostraron su rechazo cuatro países: San Vicente y las Granadinas, así como Venezuela, Bolivia y Dominica.
La aprobación de una resolución sobre Venezuela sirve para establecer el criterio de legalidad y legitimidad del continente americano con respecto al régimen de Maduro y abre la puerta a una estrategia regional para cambios en las relaciones diplomáticas y la imposición de sanciones.
Lo más importante de la resolución sobre Venezuela es el punto sobre la suspensión del país del organismo.
No obstante, esta medida no sería automática: sería necesario convocar una Asamblea General extraordinaria con los cancilleres de las Américas y obtener el respaldo de 24 países, es decir, dos tercios de los miembros de la OEA (Cuba pertenece al organismo pero no participa en él desde 1962).
La suspensión es la mayor forma de sanción que tiene el organismo y solo se ha aplicado a dos naciones: Honduras, en 2009, después del golpe de Estado que depuso a Manuel Zelaya como presidente; y Cuba tras el triunfo de la Revolución de Fidel Castro, en 1959.
La resolución incluye una condena de las elecciones del 20 de mayo, en las que Maduro fue reelegido como presidente, así como una petición para que el Gobierno permita el ingreso de ayuda humanitaria y para que se restaure "la plena autoridad" de la Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora.
Con información de EFE
MÁS SOBRE ESTE TEMA: