La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) encontró una situación "más grave" de lo esperado tras su visita a Nicaragua, tras más de un mes de protestas contra el régimen de Daniel Ortega, que dejó al menos 76 muertos por la represión de las fuerzas de seguridad, según el reciente reporte del organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"La visión nuestra al llegar a Nicaragua era distinta a lo que vimos y luego de casi cinco días nos vamos con una visión bastante más grave de lo que pensábamos", manifestó a periodistas la relatora especial de la CIDH para Nicaragua, Antonia Urrejola.
"Encontramos una situación más compleja de la que imaginábamos", coincidió el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao.
En rueda de prensa en Washington, tras finalizar el lunes una misión para investigar la violencia desatada desde el 18 de abril en Nicaragua, ambos destacaron la "crisis instalada" por las manifestaciones en todo el país contra el régimen de Ortega.
Urrejola, que participó vía Skype desde Chile, señaló "un ambiente generalizado de inseguridad y falta de confianza en las instituciones".
Abrao, en tanto, dijo que la CIDH constató "un padrón de violencia y represión" de las protestas y subrayó un "ambiente de intimidación, de amenazas".
"Hay personas que se sienten aterrorizadas. Había mucho miedo de prestar testimonio a la comisión y las consecuencias y represalias que eso podía representar en sus vidas", indicó, aunque la delegación regresó con "maletas llenas" de documentación recabada.
"Es fundamental ahora que tengamos la capacidad de visibilizar lo que encontramos", consideró Abrao.
En su informe preliminar, la CIDH reveló "graves violaciones a los derechos humanos" caracterizadas por "un uso excesivo" de la fuerza pública y de terceros armados para reprimir las protestas.
Además, incluye "varios testimonios (que) hablan del uso de francotiradores" en Managua y Matagalpa (norte), lo que indica "la posibilidad de que se habrían registrado ejecuciones extrajudiciales".
La CIDH documentó 76 muertos en el contexto de las manifestaciones, incluidos agentes policiales. Además, constató 868 heridos, de los cuales cinco están hospitalizados graves, y 438 detenidos, entre estudiantes, población civil, defensores de derechos humanos y periodistas.
El organismo denunció, además, la desaparición de 85 manifestantes.
"Este informe ayuda a sistematizar informaciones que no estaban integralmente disponibles para la opinión publica de la comunidad internacional", dijo Abrao.
Con información de AFP
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