En medio de las violentas protestas que hundieron a Nicaragua en el caos y dejaron al menos 27 muertos, el domingo se desataron saqueos en supermercados y tiendas en busca de víveres.
Imágenes transmitidas por medios de comunicación locales mostraron las tiendas saqueadas en el extenso distrito oriental de la capital Managua, incluido un Walmart.
La policía aparentemente no intervino, en contraste con lo que ha sido una fuerte respuesta a las manifestaciones, en las cuales decenas han resultado heridos o han sido detenidos.
"Con esto de la huelga capaz que nos quedamos sin nada qué comer", advirtió Inés Espinoza, cargando botellas de agua mientras sus dos hijos la seguían con bolsas de galletas y alimentos enlatados, en una tienda en el norte de Managua.
Los medios de comunicación controlados por el Estado, culpan a los manifestantes de los saqueos, mientras los críticos especulan que se han permitido para presionar al sector empresarial, el cual ha fijado condiciones para sostener negociaciones con el gobierno, incluido poner fin a las medidas severas.
"Estamos viviendo en Nicaragua un caos social, provocado por la ausencia de liderazgo gubernamental y se han juntado la crisis con la pobreza, y eso en cualquier sociedad es una bomba de tiempo", dijo el sociólogo y analista Cirilo Otero.
"Podría creerse que se está promoviendo desde el gobierno (el saqueo) para hacer presión a la empresa privada y que cedan al diálogo sin que se pare la violencia y el costo puede ser muy alto", añadió Otero.
Las gasolineras de la ciudad presentaban largas filas de automóviles y motocicletas en busca de combustible, en medio de temores de desabastecimiento.
En la capital, las calles lucían llenas de escombros puestos por manifestantes, mientras varias marchas iban hacia la Universidad Politécnica, epicentro de las protestas y donde hay estudiantes atrincherados en la institución.
En las ciudades de León y Masaya hubo "quema de vehículos particulares, saqueo y destrucción de edificios públicos" así como robos en centros comerciales, informó el gobierno.
El clero nicaragüense se unió el domingo a la preocupación del papa Francisco sobre la crisis que vive Nicaragua a causa de las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega y reiteró su apoyo a los manifestantes.
Las víctimas incluyen estudiantes que iniciaron el movimiento, agentes de policía y fuerzas de choque simpatizantes del gobernante Frente Sandinista, acusados de atacar a los manifestantes.
Rechazo a Ortega
Los disturbios estallaron en respuesta a la labor del presidente Daniel Ortega para reforzar el aquejado sistema de Seguro social con una combinación de beneficios reducidos e impuestos más altos. Parecen haberse extendido para incluir reclamos antigubernamentales más amplios.
La aceptación pública el sábado del presidente Daniel Ortega de dialogar con el sector privado no hizo más que elevar los ánimos y recrudecer las protestas, ya que los manifestantes no se identifican con ninguna de las partes.
Edificios públicos, así como sedes y símbolos del partido gobernante (Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN) han sido destruidos en la mayoría de ciudades.
Contingentes militares han sido ubicados en puntos estratégicos de cada ciudad para defender instituciones públicas.
Tanto el clero como empresarios, personalidades locales y manifestantes, han insistido en que el Gobierno tiene la mayor responsabilidad de los hechos violentos, sea por dar órdenes a sus fuerzas de choque o "turbas", o bien por no reaccionar.
(Con información de AP, AFP y EFE)
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