Si el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4) no hubiera ratificado por unanimidad la condena contra Luiz Inácio Lula da Silva el pasado 24 de enero, lo más probable es que el ex presidente habría marchado hacia un triunfo claro en las elecciones de octubre.
Sin embargo, por la sentencia del TRF4 a 12 años y un mes de cárcel, el Supremo Tribunal Federal (STF) habilitó su detención, solicitada por el juez Sérgio Moro para este viernes. Por ese mismo fallo, el Tribunal Superior Electoral no tendrá más remedio que inhabilitar su candidatura en agosto, en caso de que el PT decida presentarla.
Previendo que esto podía ocurrir, las últimas encuestas medían dos escenarios: uno con Lula como candidato y otro sin él. Las diferencias son notables.
El ex mandatario suma 34% de intención de voto, según un sondeo realizado por Datafolha la última semana de enero. Con menos de la mitad de apoyo aparece el militar retirado Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal, que reúne un 16 por ciento.
En tercer lugar está la ex ministra de Medio Ambiente de Lula, Marina Silva, con 8 por ciento. Luego, empatados en 6%, están Geraldo Alckmin, Ciro Gomes y Luciano Huck.
Si se quita a Lula de las opciones, el resultado es la fragmentación absoluta, ya que nadie logra absorber una cantidad considerable de sus votos. Quien pasa a liderar es Bolsonaro, que trepa a 18 por ciento. Es, sin dudas, el dirigente más controversial de la política brasileña. Reivindica la dictadura militar, discrimina abiertamente a los gays y considera que las mujeres son inferiores a los hombres.
Marina Silva, del partido REDE, se ubicaría segunda, con 13 por ciento. Si bien es la que más crece al retirar a Lula, está muy lejos del 21% que consiguió en las elecciones de 2014, en las que obtuvo el tercer lugar.
En la tercera posición quedaría Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT, por su nombre en portugués), con un 10 por ciento. Tiene una larga trayectoria política, que incluye el paso por casi todos los partidos del sistema. Si bien nunca formó parte del PT, fue ministro de Integración Nacional durante el primer gobierno de Lula, aunque después pasó a la oposición.
Compartiendo el cuarto lugar, con 8%, están Alckmin y Huck. El primero es gobernador del estado de San Pablo y es un viejo referente del PSDB, el partido de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), que lideró la oposición a los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff, pero que cayó en desgracia por los escándalos de corrupción.
Huck es el candidato sin partido. Es un popular presentador de televisión que recientemente anunció su intención de lanzarse a la política.
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