Además de su inminente arresto, Luiz Inácio Lula da Silva enfrenta otros obstáculos que pondrían en riesgo su ya casi truncada carrera a la presidencia. Entre estos está la "Ficha Limpia", una herramienta que podría utilizar la Justicia Electoral para sacar al ex mandatario de la contienda.
La "Ficha Limpia" es una ley electoral, impulsada durante el gobierno de Lula, en la que se establecen los requerimientos que una persona debe cumplir para poder lanzarse a la presidencia.
Esta ley, entre otras cosas, impide que un ciudadano que ha sido condenado en dos instancias pueda presentarse como candidato. Este sería uno de los principales impedimentos de Lula en su aspiración a la presidencia de Brasil.
No obstante, un veredicto de la Justicia Electoral en el que se aplica la "Ficha Limpia" podría darse en agosto, mes en el que se escriben las candidaturas.
Ante este panorama, y luego de la orden de arresto emitida por el juez brasileño Sergio Moro este jueves, el Partido de los Trabajadores (PT) brasileño prepara un plan B de cara a las elecciones.
Quem sempre esteve do lado da democracia e da igualdade jamais sai derrotado. Se a Justiça não soube, a História saberá ser justa com você. Estamos juntos, @LulapeloBrasil. Força e cabeça erguida porque a luta continua! pic.twitter.com/Lq3yCWMfgM
— Jaques Wagner (@jaqueswagner) April 5, 2018
Las dos opciones que barajaría el PT son Jaques Wagner, ex gobernador de Bahía y ex jefe de gabinete de Dilma Rousseff y Fernando Haddad, ex alcalde de San Pablo y ex ministro de Educación en los gobiernos de Lula y Dilma.
"No tenemos plan A, B ni C; sólo plan L, y es Lula presidente", dijo en enero de este año Wagner en entrevista al diario Folha, en una estrategia del PT de mostrarse fuerte ante la ratificación de la condena por corrupción en segunda instancia contra Lula.
Cada candidato maneja un perfil distinto. Haddad, de 55 años, es un economista de la Universidad de Sao Paulo con una maestría en economía y un doctorado en filosofía de la misma universidad. El político trabajó como consultor en la Fundación Instituto de Investigaciones Económicas y en la función pública, además de ser alcalde y ministro, ejerció como jefe de personal de la Secretaría de Desarrollo Económico y de Hacienda del municipio de Sao Paulo y asesor especial del Ministerio de Planificación, Presupuesto y Gestión.
"El PT tendrá que pasar rápidamente al Plan B, que es el ex alcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, o incluso al Plan C de apoyar a un izquierdista de otro partido, como el ex gobernador del estado de Ceará Ciro Gomes", dijo Lucas de Aragao, analista político de la consultora Arko Advice.
Wagner, de 67 años, compañero de Lula de larga data, al igual que el ex mandatario se forjó como político en la actividad sindical: fue uno de los miembros fundadores del PT y de la Central de Única de los Trabajadores. Sin embargo, su candidatura a la presidencia se podría ver empañada ya que sobre él pesa una causa por presunto fraude en la construcción del estadio Arena Fonte Nova, en Salvador de Bahía, para el Mundial de fútbol de 2014.
Durante la gestión de Wagner como gobernador de Bahía hubo sobreprecios en las obras del estadio, a cargo de un consorcio conformado por Odebrecht y OAS, que elevó el costo a unos 150 millones de dólares.
Parte de esos sobreprecios habrían ido a parar a la campaña electoral de Wagner y como coimas. Según medios brasileños, al político le habrían girado unos 25 millones de dólares.
Por el momento, el PT no ha querido mostrar las que serían sus dos cartas de cara a las elecciones y se aferra a Lula.
"Lula continúa siendo nuestro candidato, porque es inocente y porque es el candidato favorito para convertirse en el próximo presidente de Brasil", sostuvo la senadora Gleisi Hoffmann, presidenta del PT.
Sin embargo, rivales políticos y analistas dicen que hay pocas esperanzas de un retorno de Lula, de 72 años, que enfrenta otros seis procesos por corrupción y otros cargos.
"No hay manera de que Lula pueda reconstruir su carrera. Cavó su propia tumba política al liderar una compleja trama de corrupción", dijo el senador Alvaro Dias, candidato presidencial por el centrista partido Podemos. "Es el fin de un ciclo populista en Brasil".
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