Ecuador confirmó este martes el secuestro de dos periodistas y un conductor del diario El Comercio en la frontera con Colombia, donde disidentes de la disuelta guerrilla de las FARC libran una intensa ofensiva.
"Tres trabajadores del medio de comunicación diario El Comercio fueron secuestrados el día de ayer (lunes). Esto sucedió en horas de la mañana, en la parroquia Mataje, del cantón San Lorenzo, provincia de Esmeraldas", informó el ministro del Interior, César Navas.
"Presumimos que están en Colombia (…). Sabemos que están bien. Ya ha existido un contacto, no podemos dar más detalles", agregó.
El equipo de El Comercio desapareció mientras realizaba un trabajo periodístico en la provincia de Esmeraldas, limítrofe con el departamento colombiano de Nariño.
En esa zona la fuerza pública ecuatoriana enfrenta una inusual ofensiva de disidentes de las FARC al servicio de cárteles del narcotráfico.
El ministro explicó que los tres ciudadanos ecuatorianos "pasaron por el retén militar" y que "recibieron las advertencias correspondientes del riesgo de circular" en la zona.
Hace una semana, tres militares murieron y once resultaron heridos por la explosión de un artefacto mientras patrullaban en Mataje, en la provincia costera de Esmeraldas, al noroeste y vecina al convulso departamento colombiano de Nariño.
En esa misma localidad, un camión cisterna que abastece de agua a unidades militares en la zona "sufrió una agresión" en el parabrisas el lunes, sin causar víctimas, de acuerdo con el comando conjunto de las Fuerzas Armadas.
La fuerza pública ecuatoriana afronta desde hace dos meses una inusual ofensiva en Esmeraldas a manos presuntamente de disidentes de las FARC que están al servicio de cárteles del narcotráfico, según autoridades.
Otros ataques en esa misma provincia han dejado 32 uniformados y civiles heridos.
Tras la agresión de hace una semana, los presidentes de Ecuador, Lenín Moreno, y de Colombia, Juan Manuel Santos, acordaron estrechar la colaboración de sus Fuerzas Armadas -sin referirse a operaciones militares combinadas- para luchar contra el "crimen transnacional".
Las FARC depusieron las armas para convertirse en partido político tras firmar la paz en 2016.
Moreno atribuye los ataques a una represalia por parte de los grupos que se apartaron del proceso de paz en Colombia -que según inteligencia militar de ese país cuentan con unos 1.200 combatientes- y que están implicados en el narcotráfico y en la minería ilegal.
Con información de AFP
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