"Otro homicidio de un joven que puede entrar en la cuenta de la Policía Militar (PM). Matheus Melo estaba saliendo de la iglesia ¿Cuántos más tienen que morir para que esta guerra acabe?", preguntó Marielle Franco el martes en su cuenta de Twitter. Ella misma se convirtió en la siguiente víctima, 24 horas después.
Mais um homicídio de um jovem que pode estar entrando para a conta da PM. Matheus Melo estava saindo da igreja. Quantos mais vão precisar morrer para que essa guerra acabe?
— Marielle Franco (@mariellefranco) March 13, 2018
La concejal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que era relatora de la comisión creada para fiscalizar las operaciones policiales en el marco de la intervención militar en Río de Janeiro, fue asesinada el miércoles a la noche mientras viajaba a bordo de un vehículo por el centro de la ciudad. En el ataque murió también el conductor y sobrevivió otra pasajera.
La activista de 38 años regresaba de un acto de empoderamiento de mujeres negras. Los disparos partieron de otro auto, según los primeros elementos de la pesquisa, que no encontró ninguna evidencia de que se tratara de un asalto: acribillaron a los ocupantes y se fueron. El PSOL y sus allegados dijeron que la dirigente no había dado parte de ningún tipo de amenazas en los últimos tiempos.
El crimen conmocionó a Brasil y movilizó a partidos y organizaciones sociales que convocan a marchas para este jueves. El Gobierno Federal indicó en un comunicado que pondrá a la Policía "a disposición para auxiliar en toda la investigación" del caso.
El gobernador del Estado de Río, Luiz Fernando Pezao (centroderecha) y el alcalde evangélico Marcelo Crivella denunciaron respectivamente un acto de "extrema cobardía" y "un brutal asesinato". Amnistía Internacional exigió una "investigación inmediata y rigurosa, para que "no queden dudas sobre el contexto, la motivación y la autoría" del asesinato de la dirigente.
Franco venía denunciando un incremento de la violencia policial en las favelas. Se oponía firmemente a la intervención militar de la seguridad en Río, decretada por el presidente Michel Temer para tratar de contener una escalada de violencia que no para de crecer desde el fin de los Juegos Olímpicos de 2016.
Hace dos semanas había asumido la función de relatora de la Comisión de la Cámara de Concejales de Río, creada para vigilar la actuación de las tropas a cargo de la incursión de las Fuerzas Armadas, una medida sin precedentes desde el retorno de la democracia en 1985.
El 10 de marzo denunció en las redes sociales una operación policial en la favela de Acarí. "El 41 Batallón de la Policía Militar está aterrorizando y violentando a los habitantes de Acarí (…) Es algo que ocurre desde siempre y con la intervención es peor", escribió.
Franco había entrado en la Cámara Municipal de Río en las elecciones de 2016, como la quinta concejal más votada, con 46.000 sufragios. Las elecciones locales de ese año estuvieron marcadas por unos 20 asesinatos de candidatos, aparentemente ligados a la presencia de milicias parapoliciales y de bandas de narcotraficantes que se disputan el control de las favelas donde viven cerca de 1,5 millones de personas.
Nacida y criada en el complejo de favelas de Maré, una de las zonas más violentas, se había graduado en Sociología y realizó una maestría en Administración Pública. Trabajó luego como asesora del diputado estadual Marcelo Freixo, que en 2011 dirigió una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre el tráfico de armas, una labor que le valió numerosas amenazas de muerte.
En las últimas horas, en las redes sociales se multiplicaban los llamamientos para organizar manifestaciones frente a la Asamblea Legislativa de Río y en otros puntos de la ciudad. "¡Marcha contra el genocidio negro! SOMOS Marielle Franco", decía una de esas convocatorias, que en pocas horas había recogido unas 20.000 promesas de asistencia. También se organizaban otras protestas en San Pablo y Belo Horizonte.
(Con información de AFP)
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