Brasil registró en febrero pasado una inflación del 0,32 %, la menor tasa para este mes en los últimos 18 años, informó el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
El índice de variación de los precios en febrero, pese a que fue presionado por el aumento de las matrículas escolares, fue ligeramente inferior al del mismo mes de 2017 (0,33 %) aunque superior al de enero de este año (0,29 %).
La inflación acumulada en los dos primeros meses de 2018 se ubicó en el 0,61 %, la menor para el período desde que Brasil puso en marcha en 1994 el Plan Real de ajuste económico, con el que puso fin a lustros de descontrol en los precios.
La tasa interanual, por su parte, se ubicó en el 2,84 %, igualmente la menor medida en un mes de febrero desde 1999 (2,24 %).
Los datos divulgados este viernes por el Gobierno muestran que la inflación mantuvo la tendencia de 2017, cuando, con una tasa del 2,95 %, Brasil registró el menor incremento de precios en un año desde 1998.
En 2017, el país terminó por primera vez con una inflación inferior al límite mínimo fijado como meta oficial. El Gobierno se fijó como meta el año pasado una inflación del 4,5 %, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales hacia arriba o hacia abajo.
Los economistas del mercado consultados por el Banco Central proyectan para este año una inflación del 3,70 %, superior a la de 2017 pero compatible con la meta del Gobierno, que para 2018 también es del 4,5 %.
De acuerdo con el Gobierno, la inflación en febrero pudo haber sido menor sino hubiera sido por el aumento del 5,23 % que los colegios y universidades aplicaron a sus matrículas al comienzo del año lectivo.
El reajuste de las matrículas hizo con que los precios del sector educativo subieran un 3,89 % en febrero y fueran responsables por casi el 60 % de toda la inflación en el mes.
En contrapartida, los precios de los alimentos se redujeron un 0,33 % en febrero.
La fuerte caída de la inflación en los últimos meses ha permitido al Banco Central reducir la tasa referente de intereses del país a su mínimo histórico (6,75 % al año) como herramienta para estimular el consumo y reactivar una economía que estaba en recesión.
El aumento del consumo de los brasileños el año pasado, incentivado entre otros factores por la caída de los intereses y la menor inflación, ayudó a que la economía creciera un 1,0 % en 2017 y pusiera fin a la mas grave recesión en las últimas décadas en Brasil.
La mayor economía de Sudamérica se había retraído un 3,5 en 2015 y un 3,5 % en 2016.
(Con información de EFE)
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