El hecho de que en los últimos meses se haya vuelto a poner el foco a nivel mundial en el control de las fronteras y en limitar la inmigración, sobre todo tras la concreción de la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea mediante el Brexit y de la asunción del presidente Trump en los EEUU, no ha logrado hacer mella en la creciente "industria" del contrabando de personas.
Millones de personas alrededor del mundo continúan viendo a los Estados Unidos como el destino predilecto a la hora de escaparle no solo a conflictos bélicos y la represión, sino también con la intención de radicarse en "la tierra de oportunidades" donde poder llevar adelante una vida marcada por la ley y el orden y sobre todo con la posibilidad de ganar el dinero suficiente para enviar de regreso a los familiares en el país de origen.
Según consigna la revista TIME en un reportaje que explora el submundo del tráfico humano, hacia 2015 1 de cada 30 habitantes de la Tierra vivía en un país distinto al de nacimiento o se encontraban en tránsito, lo que representa alrededor de 250 millones de seres humanos.
El semanario destaca que, a pesar de que la mayoría de dichas personas en estado de migración no son víctimas del tráfico, gran parte se ven obligados a escaparle a la guerra. Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones, más de 9 de cada 10 personas que se escabullen a través de las fronteras han tenido que destinar todos sus ahorros y hasta pedir dinero prestado para poder desplazarse. La institución estima que los contrabandistas recaudan a nivel mundial USD 35 mil millones para facilitar la entrada y salida de personas a través de las fronteras de forma ilegal.
"Se trata fundamentalmente de un proceso de osmosis global" compartió a TIME Tuesday Reitano, subdirectora de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional. "La gente se mueve a través de fronteras semi permeables, van de sitios donde hay pobreza adonde existe riqueza, hasta que saturan al sistema volviéndolo menos rico y así deciden ir hacia otro lugar".
La publicación destaca que fue precisamente esa premisa, basada en la noción de que EEUU se encuentra abrumado y es hoy menos rico debido a los inmigrantes, la que llevó al presidente Trump a ganar las elecciones presidenciales de 2016.
Pero son varios los organismos que no coinciden con dicha postura, entre los que se encuentran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, institución que asegura que los inmigrantes contribuyen más en impuestos de la carga que representan en beneficios y asistencia social.
Según la OIM, la India es el país desde donde parte la mayor cantidad de migrantes, mientras que el destino número uno continúa siendo los EEUU. La promesa del "sueño americano" hace que muchos elijan al país del norte como una buena inversión a la hora de buscar un contexto donde se pueda llegar a alcanzar una mejor calidad de vida.
Por otro lado, el envío de remesas a nivel mundial alcanzó los USD 444 mil millones en 2017, según datos del Banco Mundial, lo que representa una cifra que creció casi el 500% en los últimos 15 años. TIME destaca que para muchas naciones pobres, el ingreso de dólares provenientes de ciudadanos que decidieron migrar representa una fuente de fondos más estable que la de inversiones directas extranjeras o el capital de inversión privado.
Hasta hace solo cinco años atrás, solo unos pocos cientos de migrantes se dirigían a los EEUU por medio de Sudamérica, pero para 2015 el número había crecido hasta más de 30.000 personas, según cifras compartidas por el gobierno colombiano.
Aquellos que no logran acumular el dinero necesario para migrar de Asía y África con destino a Sudamérica, para luego llegar hasta los EEUU, se ven obligados a enfrentar los peligros del mar Mediterráneo con destino hacia Europa. Los migrantes africanos son abusados y sometidos a un tratamiento catalogado de esclavizante durante meses y hasta años, antes de poder conseguir un lugar en una balsa o bote que muy seguramente los conduzca a una muerte segura.
Una vez en América, los migrantes deberán hacerle frente a costos cada vez más elevados para iniciar su travesía hacia el norte del continente. El cruce de Colombia a Costa Rica cuesta hoy USD 1.900 mientras que el traspaso de Costa Rica a México alcanza la friolera de USD 2.300 adicionales. Los siguientes tramos no son económicos, con USD 800 necesarios para viajar de Costa Rica a Nicaragua y otros USD 700 adicionales para llegar de Nicaragua a Honduras.
Los sobornos a las distintas autoridades locales, como los controles policiales que se despliegan a lo largo de las distintas fronteras, se ubican en torno a los USD 35 por migrante. TIME destaca que muchos de los "coyotes" consultados ven a su "profesión" como una práctica a largo plazo, por lo que se ocupan dentro de sus posibilidades de que sus clientes se mantengan fuera de peligros como el ataque de grupos armados y la amenaza de violaciones.
La publicación asegura que en promedio, un coyote puede genera unos USD 800 mensuales gracias a su actividad ilegal de contrabando, y que en la mayoría de los casos trabajan a través de recomendaciones de migrantes que han logrado llegar a los EEUU con éxito, en busca de nuevas oportunidades que su país de nacimiento no ha podido ofrecerles.
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